Anhelada y clamada, la paz, lamentablemente aún acechada por el individualismo, la avaricia y la búsqueda del poder, resonó en las últimas expresiones de 2023 y en el llamado al Ángelus del 31 de diciembre. Se instó a reflexionar sobre las vidas afectadas por conflictos bélicos, la muerte, la devastación y el sufrimiento. Esta misma palabra, “paz”, inicia el 2024 con el mensaje del Papa para la LVII Jornada Mundial de la Paz, un anhelo profundo para un planeta asolado por disputas. La figura de la Virgen María, como Madre y partícipe del dolor humano, es central en este deseo. El Papa, en su oración del 27 de octubre de 2023 en la basílica vaticana, imploró su intercesión por un mundo convulso y amenazado, reconociendo la impotencia sin su Hijo. Las situaciones en Siria, Ucrania, Tierra Santa, Armenia, Sahel y África evidencian la obstinación gubernamental, el tráfico de armas, y la brutalidad del terrorismo, demostrando la urgencia de esta súplica.

La oración emerge como arma pacífica contra la hostilidad, y el Papa Francisco anima a buscar incansablemente la ayuda de la Reina de la Paz y del “Hijo de Dios, humilde Niño”. A lo largo del año, en diversas apariciones y eventos, ha pedido intercesión para alumbrar los conflictos con esperanza y armonía divinas. Implora a la Virgen María que conmueva los corazones endurecidos, transforme a los instigadores de conflictos, consuele a los afectados y reanime la esperanza.

En el Mensaje para la LVII Jornada Mundial de la Paz, el Papa subraya la importancia de reflexionar sobre el uso de la tecnología. Advierte sobre los peligros de los algoritmos que socavan valores humanos esenciales y del uso bélico de la inteligencia artificial. Insiste en que las nuevas tecnologías no deben avivar el comercio de armas ni fomentar conflictos. La esperanza del Papa es que los avances en inteligencia artificial fortalezcan la fraternidad humana y la paz, recordando que la paz es responsabilidad de todos, basada en el reconocimiento y la cooperación por el desarrollo integral.