Evangelio del 15 de agosto del 2021
Lectura I
En aquellos días, David congregó en Jerusalén a todos los israelitas, para trasladar el arca de la alianza al lugar que le había preparado. Reunió también a los hijos de Aarón y a los levitas. Luego los levitas se echaron los varales a los hombros y levantaron en peso el arca de la alianza, tal como lo había mandado Moisés, por orden del Señor.
David ordenó a los jefes de los levitas que entre los de su tribu nombraran cantores para que entonaran cantos festivos, acompañados de arpas, cítaras y platillos.
Introdujeron, pues, el arca de la alianza y la instalaron en el centro de la tienda que David le había preparado. Ofrecieron a Dios holocaustos y sacrificios de comunión, y cuando David terminó de ofrecerlos, bendijo al pueblo en nombre del Señor.
Salmo Responsorial
R. (8) Ven, Señor, a tu morada.
Que se hallaba en Efrata nos dijeron;
de Jaar en los campos la encontramos.
Entremos en la tienda del Señor
y a sus pies, adorémoslo, postrados.
R. Ven, Señor, a tu morada.
Tus sacerdotes vístanse de gala;
tus fieles, jubilosos, lancen gritos.
Por amor a David, tu servidor,
no apartes la mirada de tu ungido.
R. Ven, Señor, a tu morada.
Esto es así, porque el Señor
ha elegido a Sión como morada:
“Aquí está mi reposo para siempre;
porque así me agradó, será mi casa”.
R. Ven, Señor, a tu morada.
Lectura II
Hermanos: Cuando nuestro ser corruptible y mortal se revista de incorruptibilidad e inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra de la Escritura: La muerte ha sido aniquilada por la victoria. ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está, muerte, tu aguijón? El aguijón de la muerte es el pecado y la fuerza del pecado es la ley. Gracias a Dios, que nos ha dado la victoria por nuestro Señor Jesucristo.
Aclamación antes del Evangelio
R. Aleluya, aleluya.
Dichosos los que escuchan la palabra de Dios
y la ponen en práctica, dice el Señor.
R. Aleluya.
Evangelio
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la multitud, una mujer del pueblo, gritando, le dijo: “¡Dichosa la mujer que te llevó en su seno y cuyos pechos te amamantaron!” Pero Jesús le respondió: “Dichosos todavía más los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica”.
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