El Papa Francisco nos dice: En la verdad y en la caridad está el camino de la paz
Adriana Masotti – Ciudad del Vaticano
“Ser hombres y mujeres de ciencia es una vocación y, al mismo tiempo, una misión, una forma específica de caridad: la intelectual”. Lo indica el Papa en un mensaje al obispo de Teramo-Atri, monseñor Lorenzo Leuzzi, en ocasión del II Encuentro Internacional Ciencia por la Paz titulado: “Nuevos discípulos del saber: el método científico en los tiempos que cambian”, en curso hasta el sábado 1º de julio en Téramo, Italia, y en la cercana localidad de Isola del Gran Sasso. “Para vuestra Asamblea -escribe Francisco- han elegido un tema de notable interés, que ofrece una mirada prospectiva llena de esperanza para el futuro de la humanidad”.
A continuación, el Pontífice subraya que, como afirmó el beato Antonio Rosmini, existe un vínculo fundamental entre verdad y caridad. La investigación y el estudio de la verdad, de hecho, “son parte indispensable de un auténtico servicio de caridad”, porque “conducen al hombre a un conocimiento cada vez más pleno de la verdad, hasta el punto de abrirse al don de Dios”. Por este motivo, retomando la enseñanza de Rosmini, el Papa observa que se debe promover incansablemente el conocimiento entre los hombres.
Caridad intelectual para una renovada cercanía
La caridad intelectual, prosigue Francisco, hoy no puede estar reservada sólo a los iniciados, sino que debe “sostener la construcción de una renovada cercanía”. A esta “responsabilidad histórica”, por tanto, llama a quienes se dedican a la investigación científica. Y recuerda lo que San Pablo VI recomendaba en 1954: “Hoy la caridad intelectual debe suscitar en la persona el ‘pensar en grande'” y subraya que sólo la armonía entre conocimiento y amor, entre fe y razón, puede responder a las necesidades del ser humano. El Papa Francisco piensa en las nuevas generaciones que esperan encontrarse con “discípulos del saber de este calibre”. Por eso hace suyas las palabras de San Pablo VI a los hombres de pensamiento en la clausura del Concilio Vaticano II: “Sigan buscando, sin cansarse, sin desesperar nunca de la verdad”. Porque, concluye Francisco, “en la verdad y en la caridad está el camino de la paz”.
Viganò: Hay que promover el “pensamiento complejo
Uno de los primeros en intervenir por la mañana fue monseñor Dario Edoardo Viganò, vicecanciller de la Pontificia Academia de las Ciencias, que abordó el tema de la especificidad de la ciencia en el horizonte del “pensamiento complejo”, deteniéndose en la comparación antropológico-filosófica con dos de los desafíos planteados por los desarrollos técnico-científicos más recientes: el Antropoceno y la Inteligencia Artificial (IA). El primero indica la nueva era geológica, percibida por el estudio de los cambios en el equilibrio atmosférico desde la década de 1990, una era “definida por las huellas, heridas y cicatrices causadas por la humanidad, cuya actividad ha llevado las condiciones de vida al borde del colapso”. Ante la sensación de catástrofe inminente que se cierne sobre la Tierra, cuyos signos son “la pérdida de biodiversidad, la emergencia climática, la degradación de los ecosistemas, la amenaza nuclear y, en el plano puramente social, el aumento de la injusticia y la desigualdad”, monseñor Viganò invita a repensar la pertenencia del ser humano a la propia naturaleza y a la vida del cosmos con la que “desarrollar una relación armoniosa”. El segundo desafío que Viganò ofrece a la atención es el que presenta el enorme desarrollo de la Inteligencia Artificial: el riesgo destacado por muchos es una posible “domesticación” del ordenador sobre el hombre, en la que “los aparatos dotados de Inteligencia Artificial reclamen drásticamente su autonomía y declaren la guerra a la humanidad”.
Fuente:vaticannews.va
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