Las palabras de Francisco sobre Benedicto XVI: “Un gran Papa”
Vatican News
“Benedicto XVI: un gran Papa”, así definió el Papa Francisco a Benedicto XVI. Era el 27 de octubre de 2014 y se inauguraba en la Academia de Ciencias un busto en honor del Papa emérito. En su discurso, Jorge Mario Bergoglio recuerda a su predecesor como “grande por la fuerza y penetración de su inteligencia, grande por su relevante aportación a la teología, grande por su amor a la Iglesia y a los hombres, grande por su virtud y religiosidad”.
2013
13 de marzo, el primer saludo de Francisco es para Benedicto
No hay que olvidar la tarde del 13 de marzo de 2013: Bergoglio acababa de ser elegido a la sede Papal y su primer pensamiento, al saludar a la multitud desde la Logia central de la Basílica Vaticana, fue para su Predecesor: “En primer lugar, quisiera hacer una oración por nuestro Obispo emérito, Benedicto XVI – dice – recemos todos juntos por él, para que el Señor le bendiga y la Virgen lo proteja”.
“Un gran Papa”
“Benedicto XVI: un gran Papa”: así describió el Papa Francisco a Benedicto XVI. Era el 27 de octubre de 2014 y se inauguraba en la Academia de Ciencias un busto en honor del Papa emérito. En su discurso, Jorge Bergoglio recuerda a su Predecesor con estas palabras
“Grande por la fuerza y penetración de su inteligencia, grande por su relevante aportación a la teología, grande por su amor a la Iglesia y a los seres humanos, grande por su virtud y religiosidad”.
Hombre de Dios al servicio de la Iglesia. Es como tener un abuelo sabio en casa
Pero son muchas las veces que el Papa Francisco ha hablado de su Predecesor, hacia el que siempre ha utilizado palabras llenas de afecto, gratitud y respeto. Por ejemplo, el 29 de julio de 2013, de regreso de su viaje apostólico a Brasil, respondió así a los periodistas del vuelo papal que le interrogaron sobre su relación con Benedicto XVI:
“Es un hombre de Dios y un hombre de oración. Cuando dimitió, era para mí un ejemplo de grandeza. Una muy buena. Sólo un grande hace esto”.
Y luego explica, simple y directamente, lo que significa para él tener cerca a Ratzinger:
“Es como tener a tu abuelo en casa, a tu sabio abuelo. Y cuando fui a hablar con él sobre ese gran problema, sobre Vatileaks, me lo contó todo con sencillez, al servicio”.
La renuncia, un acto de santidad y humildad
Dos meses después, el 20 de septiembre, en una entrevista con el padre Antonio Spadaro, director de la revista “La Civiltà Cattolica”, el Papa Francisco volvió a hablar de la renuncia de su predecesor al ministerio petrino, calificándola de “acto de santidad, de grandeza, de humildad”. Y un año después, el 11 de febrero de 2014, en el primer aniversario de aquel trascendental acontecimiento, el Papa Francisco lanzó un tuit desde su cuenta @Pontifex: “Hoy los invito a rezar conmigo por Su Santidad Benedicto XVI, un hombre de gran coraje y humildad”. 106 caracteres que expresan toda la admiración del Pontífice por su predecesor.
El Papa emérito es una institución, no una estatua de museo
Pero además de esto, el Papa Francisco ha subrayado a menudo otra dimensión de la figura del Papa emérito, es decir, su capacidad para crear un camino institucional. Habló de este concepto el 18 de agosto de 2014, durante la rueda de prensa celebrada en el vuelo de regreso del viaje apostólico a Corea:
“Creo que el Papa emérito no es una excepción, pero después de tantos siglos, éste es el primer emérito. Y creo que el Papa Benedicto XVI ha hecho este gesto que de hecho establece a los Papas eméritos. Ha abierto una puerta que es institucional, no excepcional”. “Nuestra relación es de hermanos, en realidad – añadió Francisco – le siento como si tuviera un abuelo en casa por sabiduría: me hace bien escucharle y además me anima mucho”.
Citas oficiales
13 de marzo 2013, Saludo desde la Logia Central de la Basílica Vaticana, inmediatamente después de su elección como Papa
“En primer lugar, quisiera hacer una oración por nuestro Obispo emérito, Benedicto XVI. Recemos todos juntos por él, para que el Señor le bendiga y la Virgen lo proteja”.
15 de marzo, Audiencia con todos los Cardenales
“Un pensamiento lleno de gran afecto y profunda gratitud dirijo a mi venerado Predecesor Benedicto XVI, que en estos años de Pontificado ha enriquecido y vigorizado a la Iglesia con su Magisterio, su bondad, su guía, su fe, su humildad y su mansedumbre. ¡Seguirá siendo un patrimonio espiritual para todos! El ministerio petrino, vivido con total dedicación, tuvo en él a un intérprete sabio y humilde, con la mirada siempre fija en Cristo, Cristo resucitado, presente y vivo en la Eucaristía. Nuestras fervientes oraciones, nuestro incesante recuerdo, nuestra eterna y afectuosa gratitud le acompañarán siempre. Sentimos que Benedicto XVI ha encendido una llama en lo más profundo de nuestros corazones: seguirá ardiendo porque será alimentada por su oración, que seguirá sosteniendo a la Iglesia en su camino espiritual y misionero”.
19 de marzo, Homilía de la Misa de inicio del ministerio petrino
“Doy gracias al Señor por poder celebrar esta Santa Misa de inicio del ministerio petrino en la solemnidad de San José, esposo de la Virgen María y patrono de la Iglesia universal: es una coincidencia muy significativa, y es también el onomástico de mi venerado Predecesor: estamos cerca de él con nuestras oraciones, llenas de afecto y gratitud”.
16 de abril, Santa Misa por el cumpleaños de Benedicto XVI
Con motivo del cumpleaños del Papa Benedicto, el Papa Francisco comenzó la Misa matutina en la Casa Santa Marta dirigiendo estas palabras a los presentes:
“Hoy es el cumpleaños de Benedicto XVI. Ofrecemos la Misa por él, para que el Señor esté con él, le conforte y le dé mucho consuelo”.
5 de julio, inauguración de la estatua de San Miguel Arcángel en los Jardines Vaticanos
“Nos hemos reunido aquí, en los Jardines Vaticanos, para inaugurar un monumento a San Miguel Arcángel, patrono del Estado de la Ciudad del Vaticano. Se trata de una iniciativa que ya estaba prevista desde hace tiempo, con la aprobación del Papa Benedicto XVI, a quien van siempre nuestro afecto y gratitud y a quien deseamos expresar nuestra gran alegría por tenerle hoy presente entre nosotros. Gracias de todo corazón”.
28 de julio, Conferencia de prensa en el vuelo de regreso del viaje apostólico a Brasil
“Hay algo que matiza mi relación con Benedicto: le quiero mucho. Siempre le he querido. Para mí es un hombre de Dios, un hombre humilde, un hombre que reza. Me alegré mucho cuando fue elegido Papa. Incluso cuando dimitió, fue para mí un ejemplo de grandeza. Una muy buena. ¡Sólo un gran hombre hace esto! Un hombre de Dios y un hombre de oración. Ahora vive en el Vaticano, y algunos me dicen: pero, ¿cómo puede suceder esto? Dos Papas en el Vaticano. Pero, ¿no te molesta? ¿No hace una revolución contra ti? Todas esas cosas que dicen, ¿no? He encontrado una frase para decirlo: “Es como tener al abuelo en casa”, pero al abuelo sabio. Cuando en una familia el abuelo está en casa, se le venera, se le quiere, se le escucha. ¡Es un hombre prudente! No se entromete. Le he dicho muchas veces: ‘Santidad, recibe, haz tu vida, ven con nosotros’. Vino para la inauguración y bendición de la estatua de San Miguel. Esa frase lo dice todo. Para mí es como tener a mi abuelo en casa: mi papá. Si tenía una dificultad o algo que no entendía, llamaba por teléfono: ‘Pero, dime, ¿puedo hacer eso? Y cuando fui a hablarle de ese gran problema, de Vatileaks, me lo contó todo con una sencillez … al servicio. Es algo que no sé si saben, creo que sí, pero no estoy seguro: cuando nos habló, en su discurso de despedida, el 28 de febrero, dijo: “Entre ustedes está el próximo Papa: y yo le prometo obediencia”. Pero éste es un grande, este es genial”.
19 de agosto, entrevista en la revista “La Civiltà Cattolica
“El Papa Benedicto ha hecho un acto de santidad, de grandeza, de humildad. Es un hombre de Dios”.
“El Vaticano II fue una relectura del Evangelio a la luz de la cultura contemporánea. Produjo un movimiento de renovación que surgió sencillamente del propio Evangelio. Los frutos son enormes. Sólo recuerda la liturgia. El trabajo de reforma litúrgica fue un servicio al pueblo como relectura del Evangelio a partir de una situación histórica concreta. Sí, hay líneas hermenéuticas de continuidad y discontinuidad, pero una cosa está clara: la dinámica de lectura del Evangelio actualizada en el mundo de hoy que era propia del Concilio es absolutamente irreversible. Luego hay cuestiones particulares, como la liturgia según el Vetus Ordo. Creo que la elección del Papa Benedicto fue prudencial, vinculada a ayudar a algunas personas que tienen esta sensibilidad particular. En cambio, considero preocupante el riesgo de ideologizar el Vetus Ordo, de instrumentalizarlo”.
26 de octubre, el Papa Francisco entrega el Premio Ratzinger
Al entregar el Premio Ratzinger al Rev. Prof. Richard A. Burridge, biblista inglés, Decano del King’s College de Londres y Ministro de la Comunión Anglicana, y al Prof. Christian Schaller, laico, profesor de Teología Dogmática y Director Adjunto del Instituto Benedicto XVI de Ratisbona, el Papa Francisco comparte una reflexión personal sobre la obra de Benedicto Jesús de Nazaret:
“Le doy las gracias y me alegro de encontrarme con usted, especialmente como signo de nuestra gratitud y gran afecto por el Papa emérito Benedicto XVI.
“Quisiera compartir con ustedes una reflexión que me surge espontáneamente cuando pienso en el regalo verdaderamente singular que ha hecho a la Iglesia con los libros sobre Jesús de Nazaret.
“Recuerdo que cuando salió el primer volumen, algunos dijeron: ¿pero esto qué es? Un Papa no escribe libros de teología, ¡escribe encíclicas!… Ciertamente, el Papa Benedicto se había planteado este problema, pero incluso en ese caso, como siempre, siguió la voz del Señor en su conciencia iluminada. Con esos libros no hizo magisterio en el sentido propio, y no hizo un estudio académico. Regaló a la Iglesia, y a todos los hombres, lo que para él era más precioso: su conocimiento de Jesús, fruto de años y años de estudio, discusión teológica y oración. Porque Benedicto XVI hizo teología de rodillas, y todos lo sabemos. Y lo hizo de la forma más accesible.
“Nadie puede medir cuánto bien ha hecho con este don; ¡sólo el Señor lo sabe! Pero todos tenemos una cierta percepción de él, después de haber oído a tantas personas que, gracias a los libros sobre Jesús de Nazaret, han alimentado su fe, la han profundizado, o incluso se han acercado a Cristo por primera vez de un modo adulto, combinando las exigencias de la razón con la búsqueda del rostro de Dios.
“Al mismo tiempo, la obra de Benedicto XVI ha estimulado una nueva temporada de estudios sobre los Evangelios entre la historia y la cristología, y vuestro Simposio, por el que felicito a los organizadores y ponentes, también forma parte de ello.”
5 de marzo, entrevista con el diario “Corriere della Sera
“El Papa emérito no es una estatua en un museo. Es una institución. No estábamos acostumbrados. Hace sesenta o setenta años no existía el Obispo emérito. Llegó después del Concilio. Hoy es una institución. Lo mismo debe ocurrir con el Papa emérito. Benedicto es el primero y quizá haya otros. No lo sabemos. Es discreto, humilde, no quiere molestar. Hablamos de ello y decidimos juntos que sería mejor que viera a la gente, saliera y participara en la vida de la Iglesia. Una vez vino aquí para la bendición de la estatua de San Miguel Arcángel, luego para comer en Santa Marta y, después de Navidad, le invité a asistir al Consistorio y aceptó. Su sabiduría es un don de Dios. A algunos les habría gustado que se retirara a una abadía benedictina lejos del Vaticano. Pensé en los abuelos que, con su sabiduría, sus consejos dan fuerza a la familia y no merecen acabar en una residencia de ancianos”.
18 de agosto, Conferencia de prensa en el vuelo de regreso del viaje apostólico a Corea
“Cuando estábamos a punto de entrar en el espacio aéreo chino, yo estaba en la cabina con los pilotos, y uno de ellos me enseñó un cuaderno de bitácora que había allí y me dijo: ‘Quedan diez minutos para entrar en el espacio aéreo chino, tenemos que pedir permiso’. Siempre se pregunta, es algo normal, todos los países preguntan’. Y oí cómo pedían autorización, cómo se respondía… Fui testigo de ello. Y el piloto dijo: ‘Ahora va el telegrama’, pero no sé cómo lo hicieron. Así que… Luego me despedí de ellos, volví a mi asiento y recé mucho por ese gran y noble pueblo chino, un pueblo sabio… Pienso en los grandes sabios chinos, una historia de ciencia, de sabiduría… Incluso en los jesuitas: tenemos historia allí, con el padre Ricci… Y todas estas cosas salieron de mí. ¿Tengo ganas de ir a China? Pero claro: ¡mañana! Eh, sí. Respetamos al pueblo chino; sólo que la Iglesia pide libertad para su misión, para su trabajo; ninguna otra condición. Luego, no hay que olvidar ese documento fundamental para el problema chino que fue la Carta enviada a los chinos por el Papa Benedicto XVI. Esta Carta es de actualidad. Releerlo es bueno. Y siempre la Santa Sede está abierta a los contactos: siempre, porque tiene verdadera estima por el pueblo chino.
“Con Benedicto XVI nos veremos. Antes de irme fui a verle. Dos semanas antes, me envió un escrito interesante: me pedía mi opinión. Y tenemos una relación normal, porque vuelvo a esta idea, que quizá no guste a algunos teólogos -yo no soy teólogo-, creo que el Papa emérito no es una excepción, pero después de tantos siglos, éste es el primer emérito. Pensemos, sí, como él decía: ‘Me estoy haciendo viejo, no tengo fuerzas’. Fue un hermoso gesto de nobleza y también de humildad y valentía. Pienso: hace 70 años incluso los Obispos eméritos eran una excepción, no existían. Hoy, los Obispos eméritos son una institución. Creo que “Papa emérito” ya es una institución. ¿Por qué? Porque nuestra vida se alarga y a cierta edad no hay capacidad para gobernar bien, porque el cuerpo se cansa, la salud quizás sea buena pero no hay capacidad para llevar a cabo todos los problemas de un gobierno como el de la Iglesia. Y creo que el Papa Benedicto XVI ha hecho este gesto que de hecho establece a los Papas eméritos. Repito: quizá algún teólogo me diga que esto no es correcto, pero yo creo que sí. Los siglos dirán si es así o no, ya lo veremos. Podrás decirme: ‘¿Y si un día no te apetece seguir adelante? ¡Haría lo mismo, haría lo mismo! Rezaré mucho, pero yo haría lo mismo. Abrió una puerta que es institucional, no excepcional. Nuestra relación es de hermanos, en realidad. También dije que me siento como si tuviera al abuelo en casa por sabiduría: es un hombre con sabiduría, con matices, lo que me hace bien oír. Y también me anima mucho. Esta es la relación que tenemos con él”.
28 de septiembre, Encuentro con abuelos y ancianos
“Agradezco especialmente al Papa emérito Benedicto XVI su presencia. He dicho muchas veces que me encantaba que viviera aquí, en el Vaticano, porque era como tener un abuelo sabio en casa. Gracias”.
27 de octubre, Discurso en la Academia Pontificia de las Ciencias con motivo de la inauguración de un busto de Benedicto XVI
“Este busto de Benedicto XVI evoca a los ojos de todos la persona y el rostro del querido Papa Ratzinger. También evoca su espíritu: el de sus enseñanzas, sus ejemplos, sus obras, su devoción a la Iglesia, su actual vida “monástica”. Este espíritu, lejos de desmoronarse con el paso del tiempo, aparecerá de generación en generación cada vez más grande y poderoso. Benedicto XVI: un gran Papa. Grande por la fuerza y penetración de su inteligencia, grande por su significativa contribución a la teología, grande por su amor a la Iglesia y a los seres humanos, grande por su virtud y religiosidad. Como bien sabe, su amor por la verdad no se limita a la teología y la filosofía, sino que está abierto a las ciencias. Su amor por la ciencia se derramó en su solicitud por los científicos, sin distinción de raza, nacionalidad, civilización, religión; solicitud por la Academia, desde que San Juan Pablo II le nombró miembro. Ha honrado a la Academia con su presencia y sus palabras. Benedicto XVI invitó, por primera vez, a un Presidente de esta Academia a participar en el Sínodo sobre la Nueva Evangelización, consciente de la importancia de la ciencia en la cultura moderna. Ciertamente, nunca podrá decirse de él que el estudio y la ciencia marchitaron su persona y su amor a Dios y al prójimo, sino al contrario, que la ciencia, la sabiduría y la oración ensancharon su corazón y su espíritu. Damos gracias a Dios por el regalo que ha hecho a la Iglesia y al mundo con la existencia y el pontificado del Papa Benedicto. Agradezco a todos los que generosamente han hecho posible esta obra y esta gesta, especialmente al autor del busto, al escultor Fernando Delia, a su familia y a todos los Académicos. Quiero dar las gracias a todos los que estáis aquí para honrar a este gran Papa”.
2015
16 de abril, el Papa Francisco ofrece la Misa matutina celebrada en la Casa Santa Marta precisamente a su predecesor, con palabras de especiales buenos deseos:
“Me gustaría mencionar que hoy es el cumpleaños del Papa Benedicto XVI. He ofrecido la Misa por él y los invito a rezar por él, para que el Señor le sostenga y le dé mucha alegría y felicidad”.
8 de diciembre, Ángelus tras la apertura de la Puerta Santa para el Jubileo de la Misericordia
“Hoy también el Papa Benedicto ha atravesado la Puerta de la Misericordia. Saludamos desde aquí, todos nosotros, al Papa Benedicto”.
2016
16 de abril, Mensaje de buenos deseos al Papa emérito Benedicto XVI (enviado desde el avión a Lesbos)
“El Santo Padre Francisco, junto con todos los que le acompañan en su Visita a Lesbos – comitiva y periodistas – envía los más afectuosos y cordiales buenos deseos al Papa emérito Benedicto XVI con ocasión de su 89 cumpleaños, pidiendo al Señor que siga bendiciendo su precioso servicio de cercanía y oración por toda la Iglesia.”
Durante el vuelo a Lesbos, el Papa Francisco saludó a los pasajeros, recordando el cumpleaños del Papa emérito Benedicto XVI
“Una última palabra. Quisiera recordarles que hoy el Papa Benedicto XVI celebra su 89 cumpleaños. ¡Una oración por él!”
26 de junio, el Papa Francisco responde a la pregunta de un periodista durante la rueda de prensa en su vuelo de regreso de Armenia. Quería saber si se podía hablar de dos Papas.
“¡Hubo un tiempo en la Iglesia en que había tres! Hubo un tiempo en la Iglesia en que había tres. No he leído esa declaración porque no he tenido tiempo. Benedicto es Papa emérito. El 11 de febrero dijo claramente que dimitía a partir del 28 de febrero, que se retiraría para ayudar a la Iglesia con la oración. Y Benedicto está en el monasterio, rezando. Le he visitado muchas veces, o por teléfono… El otro día me escribió una cartita -todavía con esa firma suya- deseándome lo mejor en este viaje. Y una vez -no una, varias veces- dije que era una gracia tener al sabio “abuelo” en casa. Incluso delante de él lo dije, y se rió. Pero para mí es el Papa emérito, es el “abuelo” sabio, es el hombre que guarda mis hombros y mi espalda con su oración. Nunca olvidaré aquel discurso que nos dirigió, a los cardenales, el 28 de febrero: “Uno de ustedes será sin duda mi sucesor. Prometo obediencia”. Y lo hizo. Luego oí -pero no sé si es verdad- subrayo: oí, tal vez sean rumores, pero concuerdan con su carácter, que algunas personas fueron allí a quejarse porque “este nuevo Papa…”, ¡y él las echó! Al mejor estilo bávaro: educado, pero los ahuyentó. Y si no es verdad, bien hallado está, porque este hombre es así: ¡es un hombre de palabra, un hombre justo, recto! El Papa emérito. Luego, no sé si te acuerdas, que agradecí públicamente -no sé cuándo, pero creo que durante un vuelo- a Benedicto que abriera la puerta a los papas eméritos. Hace 70 años no existían los Obispos eméritos; hoy hay algunos. Pero con este alargamiento de la vida, ¿se puede celebrar una Iglesia a cierta edad, con achaques, o no? Y él, con valor – ¡con valor! – y con la oración, y también con la ciencia, con la teología, decidió abrir esta puerta. Y creo que esto es bueno para la Iglesia. Pero sólo hay un Papa. Los otros… o quizá -en cuanto a obispos eméritos- no digo muchos, pero quizá pueda haber dos o tres, serán eméritos. Han sido [Papas], [ahora] son eméritos. Pasado mañana es el 65 aniversario de su ordenación sacerdotal. Su hermano Giorgio [esta presencia no ha sido confirmada] estará allí, porque ambos fueron ordenados juntos. Y habrá un pequeño acto, con los Jefes de Dicasterio y no mucha gente, porque él prefiere… Aceptó, pero muy modestamente; y yo también estaré allí. Y diré algunas cosas a este gran hombre de oración, de coraje que es el Papa emérito -no el segundo Papa-, que es fiel a su palabra y que es un hombre de Dios. Es muy inteligente y para mí es el abuelo sabio de la casa”.
28 de junio, el Papa Francisco recibe a Benedicto XVI en la Sala Clementina con motivo del 65 aniversario de su ordenación sacerdotal
“Su Santidad,
hoy celebramos la historia de una vocación que comenzó hace sesenta y cinco años con vuestra ordenación sacerdotal, que tuvo lugar en la catedral de Freising el 29 de junio de 1951. Pero ¿cuál es la nota subyacente que recorre esta larga historia y que desde aquel primer comienzo hasta hoy la domina cada vez más?
“En una de las muchas y hermosas páginas que dedicas al sacerdocio, subrayas cómo, a la hora de la última llamada de Simón, Jesús, mirándole, le pregunta una cosa: ‘¿Me amas? ¡Qué hermoso y cierto es esto! Porque es aquí, nos dice, en ese “¿me amas?” donde el Señor funda el pastoreo, pues sólo si hay amor al Señor puede Él pastorear a través de nosotros: “Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te amo” (cf. Jn 21, 15-19). Esta es la nota que domina toda una vida gastada en el servicio sacerdotal y en la teología, que no por casualidad has definido como “la búsqueda del amado”; esto es lo que siempre has atestiguado y sigues atestiguando hoy: que lo decisivo en nuestros días -ya sean soleados o lluviosos-, lo único con lo que viene todo lo demás, es que el Señor esté verdaderamente presente, que lo deseemos, que interiormente estemos cerca de Él, que lo amemos, que de verdad creamos profundamente en Él y que creamos amarlo de verdad. Es este amar lo que realmente llena nuestros corazones, este creer es lo que nos hace caminar seguros y tranquilos sobre las aguas, incluso en medio de la tormenta, como hizo Pedro. Este amar y este creer es lo que nos permite mirar al futuro no con miedo o nostalgia, sino con alegría, incluso en los años avanzados de nuestra vida.
“Y así, precisamente viviendo y testimoniando hoy de modo tan intenso y luminoso esta única cosa verdaderamente decisiva -tener la mirada y el corazón vueltos hacia Dios-, Usted, Santidad, sigues sirviendo a la Iglesia, no dejas de contribuir verdaderamente con vigor y sabiduría a su crecimiento; y lo haces desde ese pequeño monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano, que se revela así cualquier cosa menos uno de esos rincones olvidados a los que la actual cultura del despilfarro tiende a relegar a las personas cuando, con la edad, flaquean sus fuerzas. Es todo lo contrario. Y esto que lo diga enfáticamente tu Sucesor, que ha elegido llamarse Francisco. Porque el camino espiritual de san Francisco comenzó en San Damián, pero el verdadero lugar amado, el corazón palpitante de la Orden, donde él la fundó y donde finalmente entregó su vida a Dios fue la Porciúncula, la “pequeña porción”, el pequeño rincón junto a la Madre de la Iglesia; junto a María, a quien, por su fe tan firme y por su vivir tan enteramente de amor y enamorada del Señor, todas las generaciones llamarán Beata. Así, la Providencia ha querido que tú, querido Hermano, llegues a un lugar, por así decirlo, propiamente “franciscano”, del que emana una tranquilidad, una paz, una fuerza, una confianza, una madurez, una fe, una entrega y una fidelidad que tanto bien me hacen y tanta fuerza dan a mí y a toda la Iglesia. Y permítame decirle también que un sano y alegre sentido del humor procede de usted.
“El deseo con el que quisiera concluir es, por tanto, un deseo que dirijo a usted y a todos nosotros y a toda la Iglesia: ¡que usted, Santidad, siga sintiendo la mano del Dios misericordioso que le sostiene, que experimente y dé testimonio del amor de Dios; que usted, con Pedro y Pablo, siga exultando con gran alegría mientras camina hacia la meta de la fe (cf. 1 Pe 1,8-9; 2 Tim 4,6-8)!”.
30 de agosto, el Papa Francisco escribe el prefacio de una biografía del Papa Benedicto XVI
En el prefacio de un libro titulado Siervo de Dios y de la Humanidad: la biografía del Papa Benedicto XVI, el Papa Francisco escribe que la Iglesia tiene “una gran deuda de gratitud [con] Joseph Ratzinger -Benedicto XVI- por la profundidad y el equilibrio de su pensamiento teológico”. Y hablando de su relación con su predecesor, el Papa Francisco subraya: “Quisiera insistir en que en estos primeros años de mi pontificado mi vínculo espiritual con él sigue siendo particularmente profundo”.
26 de noviembre, el Papa Francisco entrega el Premio Ratzinger
Al conceder el Premio Ratzinger al Obispo Inos Biffi y al profesor Ioannis Kourempeles, el Papa Francisco aprovecha la ocasión para agradecer al Papa Benedicto su contribución en el campo de la escatología:
“Me complace reunirme con ustedes en esta ocasión tan importante en el marco de los objetivos y actividades de la Fundación Joseph Ratzinger – Benedicto XVI. Es también para mí una manera de expresar una vez más con ustedes nuestro gran afecto y gratitud al Papa emérito Benedicto XVI, que sigue acompañándonos incluso ahora con sus oraciones.
“Los felicito por el éxito del Simposio internacional sobre el tema Escatología – Análisis y perspectivas, que tuvo lugar en los días precedentes en la Universidad de la Santa Cruz y concluyó esta mañana en el ‘Augustinianum’ con la conferencia del cardenal Ravasi. Sabemos que el tema de la escatología ha ocupado un lugar muy importante en la obra teológica del Profesor Joseph Ratzinger, en su actividad como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y, finalmente, también en su magisterio durante su pontificado. No podemos olvidar sus profundas consideraciones sobre la vida eterna y la esperanza en la Encíclica Spe salvi. El tema de la escatología es fundamental a la hora de reflexionar sobre el sentido de nuestra vida y de nuestra historia sin quedarnos cerrados en un planteamiento materialista o, al menos, puramente intramundano. El recientemente concluido Jubileo de la Misericordia nos ha recordado muchas veces que la misericordia está en el corazón del “protocolo” por el que Jesús dice que seremos juzgados: “Tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber…” (Mt 25,35). La profundidad del pensamiento de Joseph Ratzinger, sólidamente fundamentado en la Escritura y en los Padres, y siempre alimentado por la fe y la oración, nos ayuda a permanecer abiertos al horizonte de la eternidad, dando así también sentido a nuestras esperanzas y compromisos humanos. El suyo es un pensamiento y un magisterio fecundos, que ha sabido centrarse en las referencias fundamentales de nuestra vida cristiana, la persona de Jesucristo, la caridad, la esperanza, la fe. Y toda la Iglesia le estará eternamente agradecida”.
2017
18 de noviembre, el Papa Francisco entrega el Premio Ratzinger
Al entregar el Premio Ratzinger al Profesor Theodor Dieter, al Prof. Karl-Heinz Menke y al Maestro Arvo Pärt, el Papa Francisco saluda al Papa emérito Benedicto, también en nombre de los presentes:
“Junto con ustedes, dirijo un afectuoso e intenso pensamiento al Papa emérito Benedicto. Su oración y su presencia discreta y alentadora nos acompañan en nuestro camino común; su obra y su magisterio siguen siendo un legado vivo y precioso para la Iglesia y para nuestro servicio….
“Joseph Ratzinger sigue siendo un maestro y un interlocutor amistoso para todos aquellos que ejercen el don de la razón para responder a la vocación humana de la búsqueda de la verdad. Cuando el Beato Pablo VI le llamó a asumir la responsabilidad de Arzobispo de Munich y Freising, eligió como lema ‘Cooperatores veritatis’, ‘Cooperadores de la verdad’, tomado de la Tercera Epístola de Juan (v. 8). Expresan bien todo el significado de su obra y ministerio. Este lema destaca en los diplomas de los Premios que entregué, para significar que los Premiados también dedicaron sus vidas a la más alta misión de servir a la verdad, a la diaconía de la verdad….
“Acogí con alegría la idea de ampliar el horizonte del Premio para incluir las artes, además de la teología y las ciencias naturalmente relacionadas con ella. Es una ampliación que se corresponde bien con la visión de Benedicto XVI, que tantas veces nos ha hablado de manera conmovedora de la belleza como camino privilegiado para abrirnos a la trascendencia y encontrarnos con Dios. En particular, admiramos su sensibilidad musical y su ejercicio personal de ese arte como camino hacia la serenidad y la elevación del espíritu.”
2018
4 de abril, Felices Pascuas del Papa Francisco a Benedicto XVI
Durante la Audiencia General de Semana Santa, el Papa Francisco pidió a los fieles que desearan, junto a él, Felices Pascuas a Benedicto XVI: “Quisiera que diéramos también Felices Pascuas -por haber sido Obispo de Roma- a nuestro querido Papa Benedicto, que nos sigue por televisión. Al Papa Benedicto, todos le decimos “Feliz Pascua”.
Mayo, el Papa Francisco escribe la introducción a la colección de escritos de Benedicto XVI
Escribiendo el prefacio del libro titulado Liberar la libertad: fe y política en el tercer milenio, el Papa Francisco subraya que “la relación entre fe y política es uno de los grandes temas que siempre ha estado en el centro de la atención de Joseph Ratzinger/Benedicto XVI y recorre todo su itinerario intelectual y humano.” Y concluye el prefacio diciendo: “Me complace especialmente poder presentar este segundo volumen de textos seleccionados de Joseph Ratzinger sobre el tema “fe y política”. Junto con su poderosa Opera Omnia, pueden ayudarnos no sólo a todos a comprender nuestro presente y a encontrar una orientación sólida para el futuro, sino también a ser una verdadera fuente de inspiración para una acción política que, situando a la familia, la solidaridad y la equidad en el centro de su situación y de su planificación, mire verdaderamente al futuro con clarividencia”.
17 de noviembre, el Papa Francisco entrega el Premio Ratzinger
Con la entrega del Premio Ratzinger a Marianne Schlosser y Mario Botta, el Papa Francisco vuelve su mirada al Papa emérito Benedicto:
“Esta es una hermosa ocasión para dirigir juntos nuestros pensamientos afectuosos y agradecidos al Papa emérito Benedicto XVI. Como admiradores de su legado cultural y espiritual, habéis recibido la misión de cultivarlo y seguir haciéndolo fructificar, con ese espíritu fuertemente eclesial que ha distinguido a Joseph Ratzinger desde su fecunda actividad teológica de juventud, cuando ya dio preciosos frutos en el Concilio Vaticano II, y luego, de modo cada vez más exigente, en las sucesivas etapas de su larga vida de servicio, como profesor, Arzobispo, Jefe de Dicasterio y, finalmente, Pastor de la Iglesia universal. El suyo es un espíritu que mira con conciencia y valentía los problemas de nuestro tiempo, y sabe extraer de la escucha de la Escritura en la tradición viva de la Iglesia la sabiduría necesaria para un diálogo constructivo con la cultura actual. En esta línea, le animo a seguir estudiando sus escritos, pero también a abordar las nuevas cuestiones sobre las que la fe está llamada a dialogar, como las que usted ha evocado y que considero muy actuales, del cuidado de la creación como casa común y la defensa de la dignidad de la persona humana…..
“En el trasfondo y en el contexto de los grandes problemas de nuestro tiempo, la teología y el arte deben, por tanto, seguir animados y elevados por la fuerza del Espíritu, fuente de fuerza, alegría y esperanza. Permítanme, por tanto, concluir recordando las palabras con las que nuestro Papa emérito nos invitaba a la esperanza evocando la elevación espiritual de un gran teólogo y santo particularmente querido por él y bien conocido por nuestro premiado, el profesor Schlosser. Con ocasión de su visita a Bagnoregio, ciudad natal de San Buenaventura, Benedicto XVI se expresó así: “Una bella imagen de la esperanza la encontramos en uno de sus sermones de Adviento, en el que compara el movimiento de la esperanza con el vuelo de un pájaro, que despliega sus alas lo más ampliamente posible, y para moverlas emplea todas sus fuerzas. Hace, en cierto sentido, todo su movimiento para subir y volar. Esperar es volar, dice San Buenaventura. Pero la esperanza exige que todos nuestros miembros se muevan y se proyecten hacia la verdadera altura de nuestro ser, hacia las promesas de Dios. Quien espera -dice- debe levantar la cabeza, volviendo el pensamiento hacia lo alto, hacia la altura de nuestra existencia, es decir, hacia Dios (Sermo XVI, Dom. I Adv., Opera Omnia IX, 40°)” (Discurso en Bagnoregio, 6 de septiembre de 2009).”
2019
27 de enero, Conferencia de prensa en el vuelo de regreso del viaje apostólico a Panamá
“Sí, me preguntas por lo que había hecho el Papa Benedicto, es verdad. Había olvidado esto: ‘Anglicanorum coetibus’, sacerdotes anglicanos que se han hecho católicos y mantienen la vida [conyugal], como si fueran orientales. Recuerdo que en una audiencia del miércoles vi a tantos de ellos, con sus alzacuellos, y a tantas mujeres con ellos y niños de la mano de los sacerdotes…, y me explicaron cómo era. cierto: gracias por recordármelo”.
5 de febrero, Conferencia de prensa en el vuelo de regreso del viaje apostólico a los Emiratos Árabes Unidos
“El Papa Benedicto tuvo el valor de disolver una congregación de cierto nivel porque había entrado en ella una forma de manipulación de las mujeres, incluso sexual [según explicó el director en funciones de la Oficina de Prensa, el Santo Padre, al utilizar el término esclavitud, se refería a la “manipulación” como una forma de abuso de poder que también se refleja en los abusos sexuales”] por parte de los clérigos o del fundador. A veces el fundador quita libertad, vacía de libertad a las monjas, y se puede llegar a esto. Sobre el Papa Benedicto me gustaría señalar que es un hombre que tuvo el valor de hacer muchas cosas al respecto. Hay una anécdota: tenía todos los papeles, todos los documentos, sobre una organización religiosa que tenía corrupción en su seno, sexual y económica. Él [como Cardenal] iba y había filtros, y no podía llegar. Al final el Papa [San Juan Pablo II], con la intención de entender la verdad, tuvo una reunión, y Joseph Ratzinger fue allí con la carpeta y todos sus papeles. Y cuando volvió le dijo a su secretaria: ‘Ponlo en el archivo, ha ganado el otro bando’. No debemos escandalizarnos por ello, son pasos de un proceso. Pero luego, cuando se convirtió en Papa, lo primero que dijo fue: “Tráiganme esos papeles del archivo”, y empezó… El folclore sobre el Papa Benedicto hace que se le considere tan bueno, sí, porque es bueno, bueno, un trozo de pan es más malo que él, ¡es bueno! Pero también le muestra débil, ¡y en lugar de débil no tiene nada! Era un hombre fuerte, consecuente con las cosas. Empezó… Y allí, en esa congregación, había ese problema que dices”.
2 de junio, Conferencia de prensa en el vuelo de regreso del viaje apostólico a Rumanía
Pregunta del periodista:
Santo Padre, ayer en el encuentro con los jóvenes y las familias, insististe de nuevo en la importancia de la relación entre abuelos y jóvenes, para que los jóvenes tengan raíces para seguir adelante y los abuelos puedan soñar. Usted no tiene familia cerca, pero ha dicho que Benedicto XVI es como un abuelo, es como tener un abuelo en casa…
Papa Francisco:
¡Es verdad!
Periodista:
¿Todavía lo ves como un abuelo?
Papa Francisco:
¡Más! Cada vez que voy a visitarle me siento así. Y le cojo la mano y le hago hablar. Habla poco, habla despacio, pero con la misma profundidad de siempre. Porque el problema de Benedicto son sus rodillas, no su cabeza: tiene una gran lucidez y cuando le oigo hablar, me fortalezco, siento el “jugo” de las raíces que vienen y me ayudan a seguir adelante. Siento esta tradición de la Iglesia que no es una cosa de museo, tradición, no. La tradición es como las raíces, que te dan el jugo para crecer. Y no te volverás como las raíces, no: florecerás, el árbol crecerá, darás fruto y las semillas serán raíces para otros. La tradición de la Iglesia está siempre en movimiento. En una entrevista que Andrea Monda hizo en el Osservatore – usted lee el Osservatore, ¿no? – Hace unos días, hubo una situación que me gustó mucho, sobre el músico Gustav Mahler. Y hablando de tradiciones, dijo: “La tradición es la garantía del futuro y no el guardián de las cenizas”. No es un museo. La tradición no guarda las cenizas, la nostalgia de los fundamentalistas, volver a las cenizas, no. Las tradiciones son las raíces que garantizan que el árbol crezca, florezca y dé frutos. Y repito aquel fragmento del poeta argentino que tanto me gusta citar: “Todo lo que tiene el árbol que florece, le viene de lo que ha desenterrado”. Estoy contento, porque en Iasi me referí a aquella abuela [con su nieto recién nacido en brazos]: era un gesto de ‘complicidad’, y con aquellos ojos… En aquel momento estaba tan conmovido que no reaccioné y luego el papamóvil siguió adelante; en fin, podía haberle dicho que se acercara al frente, a esta abuela, para mostrar aquel gesto… Y le dije al Señor Jesús: ‘Es un dolor, pero tú eres capaz de resolverlo’. Y nuestro buen Francisco [fotógrafo], cuando vio la comunicación que tuve con aquella mujer de los ojos, tomó la fotografía y ahora es pública: la he visto esta tarde en Vatican Insider. Estas son las raíces, y esto crecerá. No será como yo, pero yo doy lo mío. Este encuentro [entre mayores y jóvenes] es importante. Luego están los verbos. ¡Cuando los abuelos sienten que tienen nietos que continuarán la historia, empiezan a soñar -los abuelos se deprimen cuando no sueñan-: ¡ah! hay futuro! Y los jóvenes, animados por ello, empiezan a profetizar y a hacer historia. Importante.
19 de junio, el Papa Francisco cita a Benedicto XVI durante la Audiencia General:
“En adelante, el Espíritu de Dios mueve los corazones a aceptar la salvación que viene por medio de una Persona, Jesucristo, Aquel a quien los hombres clavaron en el madero de la cruz y a quien Dios resucitó de entre los muertos “liberándolo de los dolores de la muerte (Hch 2,24). Es Él, que derramó ese Espíritu, quien orquesta la polifonía de alabanzas que todos pueden oír. En efecto, como dijo Benedicto XVI, “Pentecostés es esto: Jesús, y a través de Él Dios mismo, viene a nosotros y nos atrae hacia Sí” (Homilía, 3 de junio de 2006).”
9 de noviembre, el Papa Francisco entrega el Premio Ratzinger
Al entregar el Premio Ratzinger a Charles Margrave Taylor y al P. Paul Béré, S.J., el Papa Francisco aprovechó la ocasión para “expresar una vez más estima y afecto por mi predecesor, el querido Papa emérito Benedicto XVI, y gratitud por su magisterio”:
“Le agradecemos la enseñanza y el ejemplo que nos ha dado de servir a la Iglesia reflexionando, pensando, estudiando, escuchando, dialogando y orando, para que nuestra fe se mantenga viva y consciente a pesar de los tiempos y situaciones cambiantes, y para que los creyentes sepan dar razón de su fe en un lenguaje capaz de ser comprendido por sus contemporáneos y de entrar en diálogo con ellos, para buscar juntos los caminos del encuentro con Dios en nuestro tiempo.
“Éste ha sido siempre el intenso deseo de Joseph Ratzinger, teólogo y pastor que nunca se ha encerrado en una cultura puramente conceptual y desencarnada, sino que nos ha dado el ejemplo de una búsqueda de la verdad en la que se integran continuamente razón y fe, inteligencia y espiritualidad. Todas las disciplinas y las artes contribuyen en este sentido al crecimiento del ser humano hacia su plenitud. Esto, finalmente, sólo se encuentra en el encuentro con la persona viva de Jesucristo, el Logos encarnado, la revelación de Dios que es amor”.
2021
29 de junio, el Papa Francisco recuerda el aniversario de la ordenación sacerdotal de Benedicto XVI
Setenta años después de la ordenación sacerdotal del Papa emérito, Francisco expresó, al final del Ángelus, toda su gratitud, cercanía y afecto, por el que considera “un padre y un hermano”:
“Y hoy se celebra un aniversario que toca el corazón de todos nosotros: hace 70 años, el Papa Benedicto fue ordenado sacerdote. A ti, Benedicto, querido padre y hermano, va nuestro afecto, nuestra gratitud y nuestra cercanía. Vive en el monasterio, un lugar querido para albergar a las comunidades contemplativas aquí en el Vaticano, para que pudieran rezar por la Iglesia. Actualmente es el contemplativo del Vaticano, que pasa su vida rezando por la Iglesia y por la diócesis de Roma, de la que es Obispo emérito. Gracias, Benedicto, querido padre y hermano. Gracias por su testimonio creíble. Gracias por tu mirada continuamente dirigida hacia el horizonte de Dios: ¡gracias!”.
13 de noviembre, el Papa Francisco entrega el Premio Ratzinger
Al conceder el Premio Ratzinger a la profesora Hanna-Barbara Gerl-Falkovitz y al profesor Ludger Schwienhorst-Schönberger, el Papa Francisco vuelve su mirada al Papa emérito Benedicto:
“No olvidemos que Benedicto XVI siguió estudiando y escribiendo hasta el final de su pontificado. Hace unos diez años, mientras cumplía con sus responsabilidades gubernamentales, se ocupaba de completar su trilogía sobre Jesús y dejarnos así un testimonio personal único de su búsqueda constante del rostro del Señor. Es la búsqueda más importante de todas, que luego prosiguió en la oración. Nos sentimos inspirados y animados por él, y le aseguramos nuestro recuerdo al Señor”.
2022
12 de julio, el Papa Francisco habla sobre el Papa emérito Benedicto XVI en una entrevista
En una entrevista con las periodistas mexicanas María Antonieta Collins y Valentina Alazraki para el canal de streaming ViX de Televisa Univisión, el Papa Francisco habla sobre el Papa emérito Benedicto XVI en el contexto de la posibilidad de su propia renuncia.
Recuerda el “gran ejemplo dado por Benedicto XVI” que le ayudará a “tomar una decisión” si fuera necesario. Habla de su “gran simpatía” por el Papa emérito, “un hombre que sostiene a la Iglesia con su bondad y su recogimiento” en la oración. Y confiesa que siente alegría cada vez que le visita en el monasterio Mater Ecclesiae.
Respondiendo a una pregunta sobre la posibilidad de regular la figura del Papa emérito, Francisco señaló que “la propia historia ayudará a regular mejor”: “la primera experiencia fue muy bien”, porque Benedicto XVI “es un hombre santo y discreto”. Para el futuro, sin embargo, “es mejor delimitar las cosas o explicarlas mejor”.
13 de diciembre, el Papa Francisco entrega el Premio Ratzinger
Al conceder el Premio Ratzinger al padre Michel Fédou y al profesor Joseph Halevi Horowitz Weiler, el Papa Francisco vuelve su mirada al Papa emérito Benedicto:
“Estoy encantado de presidir de nuevo este año la ceremonia de entrega de premios. Como sabéis, no me faltan encuentros personales, fraternos y afectuosos con el Papa emérito. Además, todos sentimos su presencia espiritual y su acompañamiento en la oración por toda la Iglesia: esos ojos contemplativos que siempre muestra. Pero esta ocasión es importante para reafirmar que la aportación de su obra teológica y, más en general, de su pensamiento también sigue siendo fecunda y operativa.
Recientemente hemos conmemorado el 60 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II. Como sabemos, Benedicto XVI participó personalmente en ella como experto y desempeñó un papel importante en la génesis de algunos documentos; y luego fue llamado a dirigir la comunidad eclesial en su aplicación, tanto al lado de san Juan Pablo II como en su calidad de Pastor de la Iglesia universal. Nos ha ayudado a leer en profundidad los documentos conciliares, proponiendo una “hermenéutica de la reforma y de la continuidad”. Incluso muy recientemente ha querido subrayar cómo el Concilio ejerció de forma duradera su función crucial, ya que nos dio la orientación necesaria para reformular la cuestión central de la naturaleza y la misión de la Iglesia en nuestro tiempo (cf. Mensaje para el X Simposio Internacional de la Fundación Ratzinger, 7 de octubre de 2022).
Además del magisterio pontificio del Papa Benedicto, sus aportaciones teológicas se ofrecen de nuevo a nuestra reflexión a través de la publicación de la Opera Omnia, cuya edición alemana está a punto de concluir, mientras que las de otras lenguas siguen avanzando. Estas aportaciones nos ofrecen una sólida base teológica para el camino de la Iglesia: una Iglesia “viva”, que él nos enseñó a ver y a vivir como comunión, y que está en camino -en synodos- guiada por el Espíritu del Señor, siempre abierta a la misión de anuncio del Evangelio y de servicio al mundo en el que vive (cf. Homilía de inauguración del Pontificado, 24 de abril de 2005; Última audiencia pública, 27 de febrero de 2013).”
17 de diciembre El Papa Francisco responde a las preguntas de Julián Quirós, director del diario español ABC
P – En febrero se cumplen 10 años de la renuncia de Benedicto XVI…
R – Voy a verlo con bastante frecuencia y me edifica su mirada transparente. Vive en la contemplación… Está de buen humor, lúcido, animado, habla en voz baja, pero sigue la conversación. Admiro su inteligencia. Es genial.
P – ¿Qué es lo que más aprecia de Benedicto?
R – Es un santo. Es un hombre con una vida espiritual muy profunda.
P – Cuando vemos las recientes fotos de Benedicto en su 95 cumpleaños, surge la inevitable consideración de lo extremadamente difícil que le habría resultado gobernar la Iglesia, si no hubiera renunciado …
R – Pensar en lo que puede ocurrir en el futuro siempre es engañoso; por eso ni siquiera lo intento.
P – ¿Ha pensado en definir el estatus del Papa emérito?
R – No, no me lo he planteado, ni siquiera se me ha ocurrido hacerlo: será que el Espíritu Santo no considera importante que me ocupe de estas cosas.
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