Francisco: Sueño con una Iglesia más pastoral, más justa, más abierta
Vatican News
Hay algo que ha hecho especialmente feliz al Papa en los últimos años: “Todo aquello que fuera la línea pastoral del perdón y de la comprensión de la gente. Dar lugar en la Iglesia a todos”. Es lo que le dice Francisco a Elisabetta Piqué, periodista del diario argentino La Nación, en su nueva entrevista en Casa Santa Marta con motivo del décimo aniversario de su elección, el 13 de marzo.
Una Iglesia de puertas abiertas
Su sueño es abrir puertas: “Abrir puertas, eso me sale mucho. Abrir puertas y caminar caminos”. Y la Iglesia que imagina para los próximos años es una Iglesia “más pastoral, más justa, más abierta”, en la línea trazada por el Concilio Vaticano II: “Hay que ir por este camino. Ahora, ya la concreción de eso, es difícil”.
La entrevistadora subraya el hecho de que Francisco recuperó a muchas “ovejas perdidas” y que esta actitud ha puesto en crisis a algunos católicos, como le ocurrió al hermano mayor en la parábola del hijo pródigo: “Eso sucede siempre -dice el Papa- Una palabra clave de Jesús es “todos”. Para mí esta es la clave de la apertura pastoral. Todos adentro de casa. Es un lío, pero todos adentro de casa”.
Por supuesto, subrayó, “oposición siembre va a haber” frente al cambio, incluso ” Jesús tuvo bastante oposición”, pero es necesario actuar en la “libertad del Espíritu Santo” y buscando la voluntad de Dios. Francisco habla de la formación de los futuros sacerdotes e indica que “hace falta una revisión de los seminarios”.
Las reformas
En cuanto a las reformas, señala que “se reordenaron los dicasterios y el mismo colegio cardenalicio ya es más libre”. En el plano económico, rinde homenaje al cardenal Pell, que le ayudó a poner en marcha la reforma económica: “Le estoy muy agradecido”. Ahora -dice- “en esto me ayuda mucho el secretariado de la economía. Primero estuvo el padre Guerrero, quien en tres años y medio sistematizó las cosas y ahora hay un laico, Maximino Caballero”.
Sobre la conversión del papado mencionada en su documento programático, Evangelii Gaudium, recuerda lo hecho por Pablo VI, “un grande, un santo”, por Juan Pablo II, “el gran evangelizador”, por Juan Pablo I, “el pastor cercano que quiso poner fin ciertas cosas que no andaban bien”, y por Benedicto, “un hombre valiente” que se distinguió por la amplitud en su magisterio: “Fue el primer papa que encaró oficialmente el tema de los abusos. Un gran teólogo pero que bajaba línea. Lo extraño a Benedicto porque fue una compañía”.
El derecho de voto en el Sínodo
Sobre la sinodalidad, subraya que es un proceso en marcha: “Hace unos diez años se hizo una reflexión seria y se hizo un documento, lo firmé yo, con los teólogos, conmigo, fue una cosa de comunidad. Eso marcó ‘hasta aquí llegamos, ahora falta algo más’. Y no explicitamos lo que faltaba, pero solito se fue marcando, que fue explicitar la sinodalidad. Por ejemplo, ya era una cosa aceptada por todos que las mujeres no podían votar. Entonces en el sínodo para la Amazonia se preguntó, ¿por qué no pueden votar las mujeres? ¿Son cristianas de segunda?”
La periodista pregunta si ahora votará solo una mujer o todas, y el Papa responde: “Todo el que sea participante del sínodo va a votar. El que sea invitado u observador no va a votar. El que participe de un sínodo tiene derecho al voto. Sea varón o sea mujer. Todos, todos. Esa palabra todos para mí es clave”.
El peligro de la ideología de género
A continuación, Francisco afirma que no está escribiendo una nueva encíclica y responde negativamente a la pregunta de si le han pedido que escriba un documento sobre el tema del género. A este respecto, reitera: “Yo siempre distingo lo que es la pastoral con las personas que tienen orientación sexual diversa de lo que es la ideología de género. Son dos cosas distintas. La ideología de género, en este momento, es de las colonizaciones ideológicas más peligrosas. Va más allá de lo sexual. ¿Por qué es peligrosa? Porque diluye las diferencias, y lo rico de los hombres y de las mujeres y de toda la humanidad es la tensión de las diferencias. Es crecer a través de la tensión de las diferencias. La cuestión del género va diluyendo las diferencias y haciendo un mundo igual, todo romo, todo igual. Y eso va contra la vocación humana”.
Ucrania y la acción de paz del Vaticano
A continuación, la entrevistadora introduce el tema de Ucrania, preguntando al Papa si las masacres que se están llevando a cabo en este país pueden definirse como genocidio: “Es una palabra técnica genocidio ciertamente”, responde Francisco. “Pero evidentemente que cuando se bombardean escuelas, que cuando se bombardean hospitales, que cuando se bombardean refugios, la impresión es no tanto ocupar un lugar, sino destruir, da la impresión”. “No sé si eso es genocidio o no, lo tienen que estudiar, lo tiene que definir bien la gente, pero ciertamente no es una ética de la guerra a la cual estamos acostumbrados”.
El Papa añade que el Vaticano está actuando en este momento a través de canales diplomáticos, “a ver si se puede llegar lograr algo”, pero precisa que no hay “un plan de paz” del Vaticano, hay “un servicio de paz” que va adelante discretamente, con quienes están abiertos al diálogo, también en vista de una reunión de representantes mundiales sobre este tema: “El Vaticano trabaja”.
A continuación, el Papa reitera: “Yo estoy dispuesto a ir a Kiev. Quiero ir a Kiev. Pero con la condición de ir a Moscú. Voy a los dos lugares o a ninguno”. A la pregunta de si ir a Moscú es imposible, responde: “No es imposible… No digo que es posible. No es imposible. Esperamos poder hacerlo, eh. Ojo, no hay ninguna promesa, nada. Yo no cerré esa puerta”. Pero, ¿la cierra Putin o no? pregunta la entrevistadora. Y el Papa: “Pero por ahí se distrae y la abre, no sé”. “Me duele la guerra, eso sí lo quiero decir. Me duele la guerra”.
El viaje a Argentina
Luego está el tema de un posible viaje a Argentina. El Papa reitera que quiere ir a Argentina y que si no lo ha hecho hasta ahora es por una serie de razones que se han ido sumando con el tiempo: “O sea, no hay una negativa a ir, estuvo planeado. Después lo que sucedió es que las cosas se complicaron de otra manera, hubo dos años de pandemia que tiró adelante viajes que se tenían que hacer necesariamente, incluso a lugares que uno dice ‘para qué fue ahí’, pero había que ir. Así que la Argentina sigue esperando. Yo quiero ir, espero ir. Ojalá pueda”.
Saber esperar
Y añade: “La salvación del país no va a venir de mi viaje. Con gusto voy a ir, pero pensá un poquito en las cosas que tenés que hacer para que el país vaya adelante”. Por último, respondiendo a una pregunta sobre los errores cometidos durante estos diez años de pontificado, el Papa señala la causa de cada error, la impaciencia: “A veces me sube el tuco a la cabeza. Entonces uno pierde la paciencia, y cuando se pierde la paz ahí patina y comete errores. Hay que saber esperar, los procesos hay que saber esperarlos”.
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