Al final de la Audiencia General, el Papa Francisco dirige un pensamiento al «atormentado pueblo ucraniano» y recuerda la importancia de las personas consagradas presentes en el país: «Son el sostén del pueblo de Dios». El Pontífice también manifestó palabras de cercanía a la población en Malaui, abrumado por el ciclón Freddy que causó cerca de 130 víctimas.

Salvatore Cernuzio – Ciudad del Vaticano

El pensamiento, indefectible, constante, como desde hace un año, es Ucrania. A la Virgen «consoladora de los afligidos y Reina de la Paz», el Papa Francisco, al final de la Audiencia General en la plaza de San Pedro, encomienda «el atormentado pueblo» víctima de la agresión rusa. A estas oraciones, el Pontífice añade hoy un llamamiento:

“Pido a las partes en guerra que respeten los lugares religiosos”

El pensamiento del Papa se dirige especialmente a las «religiosas ortodoxas del Lavra de Kiev». El Pontífice subraya la importancia de las personas consagradas presentes en el país «de cualquier confesión».

“Las religiosas consagradas, las personas consagradas a la oración -sean de cualquier confesión – son un apoyo para el pueblo de Dios”

El ciclón en Malaui

La mirada del Papa se dirigió después a Malaui, tierra azotada por el devastador ciclón tropical Freddy, que en el espacio de tres semanas causó cerca de 130 muertos, golpeando sobre todo la ciudad de Blantyre y sembrando un reguero de destrucción y caos.

“Rezo por los fallecidos, heridos y desplazados. Que el Señor sostenga a las familias y comunidades más afectadas por esta calamidad”

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