Ministros de la Comunión

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Compromiso con la Iglesia y la comunidad

Los Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión desempeñan un papel esencial en la vida litúrgica de la Iglesia, asistiendo en la distribución de la Eucaristía durante las celebraciones y llevÔndola a aquellos que no pueden asistir a la Misa, como los enfermos y ancianos. Estos ministros ayudan a extender la presencia real de Cristo en la comunidad, siendo un puente de amor y servicio hacia los mÔs vulnerables. Su misión no es solo entregar el Cuerpo de Cristo, sino también hacerlo con una profunda reverencia y amor, conscientes del gran don que llevan en sus manos.

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Los Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión deben prepararse espiritualmente, profundizando en su amor y devoción por la Eucaristía. Esto implica tener una vida de oración constante, participar regularmente en los sacramentos, y cultivar una relación íntima con Cristo. La Iglesia recomienda que estos ministros reciban una formación adecuada, tanto en el conocimiento de la liturgia como en la espiritualidad eucarística, para que su servicio sea digno y significativo.

Como dijo el Papa Francisco: «La Eucaristía no es un premio para los perfectos, sino un generoso remedio y alimento para los débiles». Esta cita nos recuerda la importancia de la humildad y del servicio misericordioso en el ministerio de la distribución de la Comunión. Los ministros estÔn llamados a ser signos visibles del amor de Dios, acercÔndose con cariño a todos, especialmente a aquellos que mÔs necesitan del consuelo y la fuerza que provienen de Cristo presente en la Eucaristía.