Santoral del día 16 de Marzo de 2022 :: SS. HILARIO Y TAZIANO, MÁRTIRES DE AQUILEIA
Mártires
Martirologio Romano: En Aquilea, en el territorio de Venecia (Italia), santos mártires Hilario, obispo, y Taciano, diácono († c.284).
Hilario de Aquilea fue educado desde su infancia en el cristianismo. Renunció al comercio con el mundo para dedicarse al estudio de las Sagradas Escrituras. Fue ordenado diácono y, más tarde, a instancias de sus compatriotas cristianos, fue consagrado obispo. Gobernó con sabiduría y prudencia a su rebaño, él fue quien ordenó diácono a un discípulo suyo, por nombre Taciano, para que le ayudara en su ministerio.
El césar Numeriano promulgó un edicto que obligaba a los cristianos a adorar a los ídolos. Estuvo encargado de su ejecución Beronio, prefecto de la ciudad. A instigación de un tal Monofanto, sacerdote de los ídolos, Hilario y su diácono Taciano fueron los primeros que comparecieron ante el prefecto. Se les hizo saber que debían obedecer a las órdenes del emperador: “Desde mi infancia, dijo Hilario a Beronio, he aprendido a sacrificar al Señor, al Dios Vivo, y adoro sin cesar a Jesucristo, su Hijo. Pero a los demonios vanos y ridículos que llamáis dioses y no lo son, no les ofrezco sacrificio alguno”.
Al día siguiente, denunciaron ante el prefecto a Taciano, el diácono del obispo Hilario. Taciano tuvo que comparecer ante Beronio, pero todas las tentativas para hacerle sacrificar a los dioses fueron igualmente infructuosas. Los mismos tormentos aplicados a Hilario, fueron renovados en su persona. Cuando se reunió con Hilario en la prisión, éste le saludó con alegría y los dos oraban juntamente al Señor para que confundiera a los que adoraban a los ídolos. Una terrible tormenta se desencadenó en la ciudad e infundió espanto a los paganos de Aquilea. Muchos murieron de la sola impresión. El templo de Hércules se derrumbó hasta los cimientos. Beronio dio orden de decapitar a Hilario y a Taciano, a petición de los sacerdotes de los ídolos. Con ellos fueron inmolados otros cristianos que también habían sido detenidos por el nombre de Cristo. Todos murieron el 16 de marzo. Al día siguiente, el clero y los fieles consiguieron autorización para recoger sus cuerpos y enterrarlos con honores fuera de los muros de la ciudad.
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