En medio de la creciente tensión entre Israel y Palestina, la presidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM) ha extendido una invitación a renovar las oraciones por la paz global, poniendo una especial atención en la actual crisis que sacude a estas dos naciones. «Unámonos en la plegaria confiada al Dios de la vida por las víctimas, sus familias y amigos, para que el Señor les dé fuerzas y consuelo», es el mensaje resonante que emana desde la presidencia del CELAM. Este llamado busca galvanizar tanto a los fieles creyentes como a los hombres y mujeres de buena voluntad en América Latina y el Caribe, exhortándoles a expresar su solidaridad y cercanía espiritual a través de la oración.

«Pidamos por los gobernantes y dirigentes de los pueblos, para que en sus corazones habite el deseo de encontrar soluciones desde la escucha y el diálogo, en el respeto de toda vida humana, poniendo su mirada en los que más sufren», continúa el comunicado del CELAM. A través de estas palabras, se busca cultivar una cultura de diálogo y comprensión entre las autoridades, apelando a la humanidad inherente en cada individuo.

El compromiso con la construcción de la paz es una afirmación resuelta de los obispos que representan a la Iglesia en el continente. Con este gesto, reafirman su posición en contra de la indiferencia ante los horrores que el terrorismo y la guerra desatan, especialmente en una tierra que es considerada como la «cuna y epicentro de las religiones monoteístas”. La esperanza que yace en este cruce de creencias es que, en el futuro, puedan transformarse en un testimonio viviente de comprensión y convivencia pacífica para la humanidad.

La gravedad de la situación se acentúa con la reciente violencia ocurrida el pasado 7 de octubre, cuando el Movimiento Islámico de Resistencia (Hamás) lanzó una serie de cohetes desde la ciudad de Gaza, impactando diversas regiones de Israel. Esta escalada de violencia ha resultado en víctimas mortales y heridos, sumando a más de mil afectados en ambos territorios. Curiosamente, este ataque coincidió con el quincuagésimo aniversario de la guerra de 1973, cuando los Estados árabes bombardearon Israel en Yom Kippur, una fecha significativa en el calendario judío dedicada a la expiación, el perdón y el arrepentimiento sincero del corazón.

Tras el ataque, el Primer Ministro israelí, Benjamín Netanyahu, declaró que el país está en guerra e iniciaría el despliegue de sus tropas. Por otro lado, los líderes de Hamás advirtieron que si continúan los bombardeos, tomarán medidas extremas, poniendo en riesgo la vida de civiles inocentes.

Este escenario de desasosiego y confrontación pone de manifiesto la imperante necesidad de paz en la región. La invitación al rezo por parte del CELAM no es solo un llamado a la reflexión, sino también una movilización de la consciencia colectiva hacia la búsqueda de soluciones duraderas que propendan por la paz y la armonía en un mundo que, hoy más que nunca, clama por la unidad y el entendimiento entre las naciones.

Fuente:vaticannews.va