El niño que abrazó al Papa en la: “JMJ Río 2013 se prepara para ser sacerdote”
El pequeño niño que logró pasar la barrera de seguridad en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Río 2013 para abrazar emotivamente al Papa Francisco hoy es un seminarista que se prepara para el sacerdocio.
El 26 de julio de 2013, Nathan de Brito, entonces de 9 años, logró alcanzar el papamóvil que transportaba al Papa Francisco por las calles de Río de Janeiro. Entonces abrazó al Santo Padre y le dijo que quería ser sacerdote.
Diez años después, está en el seminario propedéutico de la Arquidiócesis de Campo Grande, en el estado brasileño de Mato Grosso del Sur. Para Nathan, “recordar ese encuentro es siempre reavivar la llama de la vocación”.
El Papa Francisco visitó Río de Janeiro con motivo de la JMJ en 2013. Fue su primer viaje internacional, luego de ser elegido Papa en marzo de ese año.
La foto de Nathan abrazando al Papa Francisco pronto se volvió viral y se convirtió en una de las imágenes más impactantes del viaje.
El joven asegura que se conmueve al hablar de ese encuentro. “Serán diez años desde ese gran momento en mi vida. Por supuesto no fue el despertar de mi vocación, porque hacía mucho tiempo que quería ser sacerdote. Pero fue, sin duda, una motivación más dentro de mi vocación”, expresó Nathan en una entrevista con ACI Digital —agencia en portugués del Grupo ACI—.
Nathan contó asimismo que desde pequeño quería ser sacerdote. “Me gustaba jugar a celebrar Misa, ir a Misa”. A la edad de cinco años comenzó a servir como monaguillo en Cabo Frío, en el estado de Río de Janeiro, donde vivía con su familia.
“Fui monaguillo durante muchos años y realmente disfrutaba servir. También me gustaba mucho el catecismo y tenía prisa por los sacramentos. Recuerdo mucho mi primera Eucaristía, que fue el día más feliz de mi vida”, aseguró.
Nathan recordó que a los siete años dijo por primera vez que quería ser sólo sacerdote. “Antes decía que quería ser maestro y sacerdote, médico y sacerdote, siempre algo y sacerdote. Pero a los siete años, un día que mi padre me recogió de la escuela y me preguntó qué sería cuando crezca, le dije que sólo sería sacerdote”.
“Siempre enfatizo que mi llamado es a la santidad. Todos estamos llamados a la santidad y cada uno tiene una llamada, una vocación específica. Y entiendo que mi vocación es al sacerdocio, entonces dije ‘sí’ a esta vocación”, expresó.
Nathan destacó que el Papa de su infancia fue Benedicto XVI y que su “encanto por la vocación estaba precisamente en él, porque veía en él una figura imponente, que hablaba tímidamente, pero que hablaba muy bien, era el hombre de la liturgia”.
Fuente:aciprensa.com
Deja una respuesta