La carta del Papa a los catequistas
Dice el Papa a los catequistas: “el catequista, como todos los bautizados, está llamado a anunciar la alegría del Evangelio, no sólo desde la teoría sino, principalmente, a partir del encuentro personal con el Señor en los Sacramentos, en su Palabra, y en el camino cotidiano, sea que estemos en marcha, sea que estemos “en la banquina”.
En ocasión del “Día del Catequista”, que se celebró el día de san Pío X, el Papa Francisco envió una carta a los catequistas argentinos. Aunque la carta lleva fecha de 1 de agosto, se hizo pública el domingo 21 de ese mismo mes, día en que específicamente se celebró a los catequistas este 2022.
Ofrecemos a continuación el texto de la carta:
Vaticano, 1 de agosto de 2022
Queridos amigos
Preparándonos para celebrar el día del Catequista, llego hasta ustedes para saludarlos y agradecerles que hayan querido asumir con compromiso tan importante vocación. Este año los acompaña un lema, que es también una misión: “Catequista: Abrazo y Palabra de Jesús en el camino”.
En primer lugar, el lema me hace pensar en Jesús, el primer catequista, quien fue un experto en “dar catequesis en el camino”. Al contemplar sus recorridos, pienso: ¡Cuánto tenemos que aprender en la Iglesia de Él, de su estilo, de su pedagogía, de su ternura! Jesús no se quedó dando “catequesis puertas adentro”. Su anuncio del Reino lo hizo, sobre todo, “mientras iba de camino”.
Por otro lado, también me hace pensar que el catequista, como todos los bautizados, está llamado a anunciar la alegría del Evangelio, no sólo desde la teoría sino, principalmente, a partir del encuentro personal con el Señor en los Sacramentos, en su Palabra, y en el camino cotidiano, sea que estemos en marcha, sea que estemos “en la banquina”. Encontrándonos con Jesús en nuestro día a día y dejándonos transformar por Él, lograremos luego que la catequesis sea abrazo y palabra de Jesús en el camino de los demás, especialmente para aquellos que, con el cansancio a cuestas, les resulta difícil seguir andando.
Gracias por todo lo que hacen para compartir la fe. Les pido que no dejen de rezar por mí. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide.
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