La “TRANSUBSTANCIACIÓN”
El modo de presencia de Cristo bajo las especies eucarísticas es singular.
Por la consagración del pan y del vino, se opera la conversión de toda la sustancia del pan en la sustancia del cuerpo de Cristo nuestro Señor y de toda la sustancia del vino en la sustancia de su Sangre. A este cambio, la Iglesia Católica lo ha llamado “transubstanciación”. (CEC 1376)
Cristo Jesús, que murió y resucitó, está presente en múltiples maneras en la Iglesia: en sus Palabras, en la oración de su Iglesia, allí donde “dos o tres estén reunidos en mi nombre” (Mt 18, 20), en los pobres, los enfermos, los presos, en los sacramentos de los que Él es el autor, en el sacrificio de la Misa y en la persona del ministro. Pero, sobre todo, está presente bajo las especies eucarísticas. (CEC 1373), (SC7)
He aquí el mismo dinamismo del banquete pascual de Jesús resucitado con los discípulos: “En el camino les explicaba las Escrituras, luego, sentándose a la mesa celebró con sus discípulos la víspera de su pasión y de la anticipación del banquete de bodas del Cordero con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio”. (CEC 1329) (Lc 24 13-35)
“Este es mi Cuerpo que será entregado por ustedes” y “esta copa es la Nueva Alianza, es mi sangre que será derramada por ustedes”.
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