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julio 16, 2022 in Actualidad

Obispo de Puntarenas denuncia visiones economicistas, ambientalismo radical y desinterés gubernamental en las costas

“No puede haber conservación de los demás recursos con el hambre del ser humano, ni puede haber hartura con deterioro ambiental”, este es un extracto del mensaje de Mons. Óscar Fernández, obispo de Puntarenas, esta mañana en el marco de las celebraciones en Honor a la Virgen del Mar, Nuestra Señora del Carmen.
Monseñor denuncia, por un lado, a grupos ambientalistas con intereses particulares y, por el otro, a visiones de economía basadas únicamente en la explotación de los recursos, alejados en ambos casos de las realidades y necesidades de las comunidades costeras.
El obispo también reclama que los pescadores y las comunidades no son tomados en cuenta en las decisiones. Asimismo, de nuevo alza la voz para que se atienda la situación socioeconómica que viven los puntarenenses, especialmente los pescadores.
Entre las consecuencias, mencionó la eliminación de pescaderías, la criminalización de los pescadores por la incapacidad del Estado para acabar con la informalidad, personas que temen ser expropiadas por habitar en Zonas Marítimo Terrestres, espiral de violencia y delincuencia, y presencia del narcotráfico.
El obispo puntarenense comenta que “los estudios de carácter social y económico, y los ambientales, nos presentan un panorama sombrío. Pero no hemos observado que haya ni una visión clara ni el dinamismo necesario para la búsqueda de soluciones”
Sin divagaciones, Mons. Fernández denuncia “el intervencionismo ambientalista que, al no entender las particularidades sociales, identifica a todo ser humano como una amenaza para la naturaleza, lo que podría ser propio de una perspectiva ambiental alejada del mundo o de grupos cuyos intereses particulares se distancian de una ecología integral”.
Por otro lado, críticó también a “la economía azul, entendida como el aprovechamiento de los recursos pesqueros bajo el esquema del libre mercado, que busca la mayor productividad a los costos más bajos y un supuesto menor impacto para el ecosistema, diversificando las actividades productivas y apoyándose en los recursos tecnológicos existentes”.
Esas respuestas -añade- no ponen el interés en la realidad de las comunidades locales, ni las involucran en la búsqueda de soluciones integrales, desaprovechando así todo el conocimiento y el aporte que pueden brindar.
Recordó entonces las palabras del Santo Padre, en la Encíclica Laudato si’: “No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socioambiental”.
Monseñor insistió sobre la pobreza y la marginalización de las comunidades costeras, así como una visión vallecentralista, palpable en la ausencia de políticas públicas “para integrar a esa Costa Rica profunda, la costa pobre…”.
“Sumado a la pobreza -agrega- es evidente el deterioro ambiental. Y reitera que”no podemos pretender tener un ambiente ecológicamente sano si estamos fallando con una de las variables de la ecuación. No puede haber conservación de los demás recursos con el hambre del ser humano, ni puede haber hartura con deterioro ambiental”.
“De igual manera, no se pueden tener mares celestes y biológicamente abundantes con familias desnutridas, desarropadas y personas deambulando como zombis ante la pérdida de toda esperanza. Eso tal vez sea una oportunidad para algunos grandes negocios, pero no para la justicia social”, sentenció el obispo.
Hacia el final, Monseñor Fernández hizo un llamado al diálogo y a la búsqueda de soluciones, donde se tome en cuenta la opinión de los pescadores y las comunidades.

 




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