julio 20, 2020 in Evangelios

Evangelio del 20 de julio del 2020

Lunes de la XVI semana del Tiempo ordinario
Leccionario: 395


Primera lectura

Miq 6, 1-4. 6-8

Escuchen lo que dice el Señor:
“Levántate; llama a juicio a los montes,
que las colinas escuchen tu voz.
Escuchen, montes, el juicio del Señor,
pongan atención, cimientos de la tierra:
el Señor entabla juicio contra su pueblo,
presenta sus quejas contra Israel.

Pueblo mío, ¿qué mal te he causado
o en qué cosa te he ofendido? Respóndeme.
Con la ayuda de Moisés, Aarón y María,
yo te saqué de Egipto y te libré de la esclavitud’’.

¿Qué cosa digna le ofreceré al Señor,
postrado ante el Dios del cielo?
¿Le ofreceré en holocausto becerros de un año?
¿Aceptará el Señor un millar de carneros
o diez mil ríos de aceite?
¿En expiación por mis culpas le ofreceré a mi primogénito,
al fruto de mis entrañas, por mi pecado?

Hombre, ya te he explicado lo que es bueno,
lo que el Señor desea de ti:
que practiques la justicia y ames la lealtad
y que seas humilde con tu Dios.

Salmo Responsorial

Salmo 49, 5-6. 8-9. 16bc-17. 21 y 23

R. (23b) Dios salva al que cumple su voluntad.
Congreguen ante mí a los que sellaron
sobre el altar mi alianza.
Es Dios quien va a juzgar
y el cielo mismo lo declara. R.
R. Dios salva al que cumple su voluntad.
No voy a reclamarte sacrificios,
pues siempre están ante mí tus holocaustos.
Pero ya no aceptaré becerros de tu casa,
ni cabritos de tus rebaños. R.
R. Dios salva al que cumple su voluntad.
¿Por qué citas mis preceptos
y hablas a toda hora de mi pacto,
tú, que detestas la obediencia
y echas en saco roto mis mandatos? R.
R. Dios salva al que cumple su voluntad.
Tú haces esto, ¿y yo tengo que callarme?
¿Crees acaso que yo soy como tú?
Quien las gracias me da, ése me honra
y yo salvaré al que cumple mi voluntad. R.
R. Dios salva al que cumple su voluntad.

Aclamación antes del Evangelio

Cfr Sal 94, 8

R. Aleluya, aleluya.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice:
“No endurezcan su corazón”.
R. Aleluya.

Evangelio

Mt 12, 38-42

En aquel tiempo, le dijeron a Jesús algunos escribas y fariseos: “Maestro, queremos verte hacer una señal prodigiosa”. El les respondió: “Esta gente malvada e infiel está reclamando una señal, pero la única señal que se le dará, será la del profeta Jonás. Pues de la misma manera que Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre de la ballena, así también el Hijo del hombre estará tres días y tres noches en el seno de la tierra.

Los habitantes de Nínive se levantarán el día del juicio contra esta gente y la condenarán, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay alguien más grande que Jonás.

La reina del sur se levantará el día del juicio contra esta gente y la condenará, porque ella vino de los últimos rincones de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay alguien más grande que Salomón’’.




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