noviembre 28, 2024 in Evangelios

Evangelio del 29 de noviembre del 2024 según san Marcos 1, 1-8. 14-15

Primera Lectura

Del libro del profeta Ezequiel
Esto dice el Señor: “Si el pecador se arrepiente de los pecados cometidos, guarda mis preceptos y practica la rectitud y la justicia, ciertamente vivirá y no morirá; no me acordaré de los delitos que cometió; vivirá a causa de la justicia que practicó. ¿Acaso quiero yo la muerte del pecador, dice el Señor, y no más bien que enmiende su conducta y viva?

Pues bien, pueblo de Israel, yo juzgaré a cada uno de ustedes según su proceder, dice el Señor Dios. Arrepiéntanse de todos sus pecados, apártense de ellos y no morirán. Arrepiéntanse de todas las infidelidades que han cometido, estrenen un corazón nuevo y un espíritu nuevo y así no morirán, pues yo no quiero que nadie muera, dice el Señor Dios. Arrepiéntanse y vivirán.”

Palabra de Dios.


Salmo responsorial (50, 3-4. 5-6b. 12-13. 14-17)

R/. Misericordia, Señor, hemos pecado.

Señor, apiádate de mí,
por tu misericordia inmensa,
y por tu compasión sin límites
olvida mis ofensas;
lávanos más y más de mis delitos
y borra de mi culpa toda huella. R/.

Pues mi maldad conozco,
cargo siempre mi culpa en la conciencia.
A ti, Señor, a ti fue al que ofendí,
al cometer el mal, que tú detestas. R/.

Dame, Señor, un corazón sincero
y un espíritu firme.
No me arrojes, Señor, lejos de ti
ni tu santo espíritu me retires. R/.

De tu perdón el júbilo devuélveme
y un generoso espíritu dispónme;
abre, Señor, mis labios
y tu alabanza cantará mi boca. R/.


Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
El Reino de Dios está cerca, dice el Señor; arrepiéntanse y crean en el Evangelio.
Aleluya.


Arrepiéntanse y crean en el Evangelio.

Del santo Evangelio según san Marcos (1, 1-8. 14-15)

Éste es el principio del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. En el libro del profeta Isaías está escrito: “He aquí que yo envío a mi mensajero delante de ti, a preparar tu camino. Voz del que clama en el desierto: ‘Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos'”.

En cumplimiento de esto, apareció en el desierto Juan el Bautista predicando un bautismo de arrepentimiento, para el perdón de los pecados. A él acudían de toda la comarca de Judea y muchos habitantes de Jerusalén; reconocían sus pecados y él los bautizaba en el Jordán.

Juan usaba un vestido de pelo de camello, ceñido con un cinturón de cuero y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Proclamaba: “Ya viene detrás de mí uno que es más poderoso que yo, uno ante quien no merezco ni siquiera inclinarme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo”.

Después de que arrestaron a Juan el Bautista, Jesús se fue a Galilea para predicar el Evangelio de Dios y decía: “Se ha cumplido el tiempo y el Reino de Dios ya está cerca. Arrepiéntanse y crean en el Evangelio”.

Palabra del Señor.

Reflexión

Breve explicación sobre las témporas y las témporas penitenciales:
Las témporas son momentos específicos en el calendario litúrgico que marcan el cambio de estaciones, invitando a los fieles a vivir una jornada de oración, ayuno y obras de misericordia. Estas celebraciones tienen raíces en las tradiciones agrícolas y están orientadas a dar gracias por los frutos de la tierra, implorar la bendición de Dios sobre el trabajo humano y fomentar la reflexión espiritual.

En particular, las témporas penitenciales se centran en la conversión y la preparación interior. Durante estos días, la Iglesia nos anima a volver a lo esencial: el encuentro sincero con Dios y la renovación de nuestra relación con Él. Este tiempo nos recuerda la importancia de la humildad, el arrepentimiento y el compromiso con una vida más santa.

 El evangelio de hoy nos sitúa al comienzo del ministerio de Jesús y presenta a Juan el Bautista como la figura que prepara el camino. Su llamado a la conversión resuena con fuerza: es un mensaje urgente, que busca despertar los corazones adormecidos para recibir al Mesías. Juan, con su vida austera y sus palabras firmes, nos muestra que el verdadero arrepentimiento implica una transformación profunda, no solo de palabras, sino también de acciones.

El anuncio de Jesús, “El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios está cerca”, es una declaración que cambia el curso de la historia. No se trata solo de un mensaje para aquella época, sino de una verdad que sigue vigente: Dios ha entrado en nuestra realidad para traernos salvación. Este llamado nos interpela a responder con fe y a vivir de manera coherente con el evangelio.

En el contexto de las témporas penitenciales, este pasaje nos invita a reflexionar sobre nuestra disposición para recibir a Cristo en nuestras vidas. ¿Estamos realmente preparados para reconocerlo y seguirlo? Juan el Bautista nos enseña que la preparación comienza con el arrepentimiento sincero y una vida marcada por la humildad. Jesús, por su parte, nos anima a creer en el evangelio y a abrazar el reino de Dios con todo nuestro ser.

Hoy es un buen momento para evaluar nuestro caminar espiritual. Que las palabras de Juan y Jesús nos impulsen a profundizar en nuestra relación con Dios y a vivir con una mayor apertura a su voluntad. La conversión no es un evento único, sino un proceso continuo que nos transforma día a día en verdaderos discípulos del Señor.




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