Evangelio del 25 de octubre del 2024 según Lucas 12, 54-59
Viernes de la XXIX semana del Tiempo ordinario
Lectionary: 477
Primera lectura
Hermanos: Yo, Pablo, prisionero por la causa del Señor, los exhorto a que lleven una vida digna del llamamiento que han recibido. Sean siempre humildes y amables; sean comprensivos y sopórtense mutuamente con amor; esfuércense en mantenerse unidos en el espíritu con el vínculo de la paz.
Porque no hay más que un solo cuerpo y un solo Espíritu, como también una sola es la esperanza del llamamiento que ustedes han recibido. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que reina sobre todos, actúa a través de todos y vive en todos.
Salmo Responsorial
R. (cf. 6) Haz, Señor, que te busquemos.
Del Señor es la tierra y lo que ella tiene,
el orbe todo y los que en él habitan,
pues él lo edificó sobre los mares,
él fue quien lo asentó sobre los rios. R.
R. Haz, Señor, que te busquemos.
¿Quién subirá hasta el monte del Señor?
¿Quién podrá estar en su recinto santo?
El de corazón limpio y manos puras
y que no jura en falso. R.
R. Haz, Señor, que te busquemos.
Ese obtendrá la bendición de Dios,
y Dios, su salvador, le hará justicia.
Esta es la clase de hombres que te buscan
y vienen ante ti, Dios de Jacob. R.
R. Haz, Señor, que te busquemos.
Aclamación antes del Evangelio
R. Aleluya, aleluya.
Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque has revelado los misterios del Reino
a la gente sencilla.
R. Aleluya.
Evangelio
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: “Cuando ustedes ven que una nube se va levantando por el poniente, enseguida dicen que va a llover, y en efecto, llueve. Cuando el viento sopla del sur, dicen que hará calor, y así sucede. ¡Hipócritas! Si saben interpretar el aspecto que tienen el cielo y la tierra, ¿por qué no interpretan entonces los signos del tiempo presente? ¿Por qué, pues, no juzgan por ustedes mismos lo que les conviene hacer ahora?
Cuando vayas con tu adversario a presentarte ante la autoridad, haz todo lo posible por llegar a un acuerdo con él en el camino, para que no te lleve ante el juez, el juez te entregue a la policía, y la policía te meta en la cárcel. Yo te aseguro que no saldrás de ahí hasta que pagues el último centavo’’.
Reflexión
En el evangelio de Lucas 12, 54-59, Jesús se dirige a la multitud y les reprocha su incapacidad para discernir los signos de los tiempos. Utiliza ejemplos sencillos y cotidianos: todos saben interpretar el clima, pero no logran percibir lo que realmente está ocurriendo en sus vidas espirituales. Esta llamada de atención es también para nosotros hoy. En medio de la abundancia de información y los avances tecnológicos, a menudo perdemos la capacidad de reconocer la acción de Dios en nuestra historia y en nuestro entorno. Jesús nos motiva a ser conscientes, a no vivir con superficialidad, y a prestar atención a los signos que nos muestran el rumbo que debemos tomar.
Jesús también habla sobre la importancia de reconciliarnos antes de que sea demasiado tarde. Pone el ejemplo de una persona que va camino al juicio con su adversario, y le insta a llegar a un acuerdo para evitar mayores consecuencias. En nuestra vida cotidiana, esto significa no postergar el perdón, no dejar que el orgullo nos impida resolver conflictos que afectan nuestras relaciones. Jesús nos recuerda que el tiempo para reconciliarnos es ahora, no mañana, y que debemos actuar con humildad y prontitud para buscar la paz.
Este pasaje nos confronta a mirar con honestidad nuestras propias actitudes. ¿Estamos dispuestos a reconocer nuestras faltas y a buscar la reconciliación? ¿O preferimos mantener el rencor y la distancia, dejando que las heridas se profundicen? Jesús nos recuerda a actuar con responsabilidad y a ser proactivos en la búsqueda del bien común. La vida es demasiado corta para desperdiciarla en divisiones y conflictos que podríamos resolver si tan solo tuviéramos la valentía de dar el primer paso.
La reflexión de Jesús sobre los signos de los tiempos y la reconciliación es una llamada a vivir con sabiduría y a tomar decisiones que nos acerquen más a Dios y a los demás. En lugar de ignorar las señales que nos rodean, debemos estar atentos y actuar con prontitud, permitiendo que la gracia de Dios transforme nuestras relaciones y nuestras vidas. Solo así podremos vivir con auténtica libertad y paz, construyendo un mundo más justo y lleno del amor que Cristo nos enseñó.
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