septiembre 28, 2024 in Evangelios

Evangelio del 28 de setiembre del 2024 según Lucas 9, 43-45

Sábado de la XXV semana del Tiempo ordinario

Lectionary: 454

Primera lectura

Eclesiastés (Cohélet) 11, 9–12, 8

Alégrate, joven, durante tu juventud,
disfruta de corazón tus años jóvenes.
Sigue el camino que te indique el corazón
y lo que deleita a tus ojos.
Pero no olvides que de todo ello Dios te pedirá cuentas.
Aleja de tu corazón la tristeza
y de tu cuerpo el sufrimiento;
pero recuerda que los placeres de la juventud
son cosas que se acaban.

Acuérdate de tu Creador en tus años jóvenes,
antes de que vengan los días amargos
y se te echen encima los años en que dirás:
“No hallo gusto en nada”.
Antes de que se nuble la luz del sol,
la luna y las estrellas,
y retornen las nubes tras la lluvia.

Cuando tiemblen los guardias de la casa
y se dobleguen losd valientes.
Cuando las que muelen sean pocas y dejen de trabajar
y las que miran por las ventanas se queden ciegas.
Cuando las puertas de la calle se cierren
y se apague el ruido del molino.
Cuando enmudezca el canto de las aves
y cesen todas las canciones.
Cuando den miedo las alturas
y los peligros del camino.

Cuando florezca el almendro
y se arrastre la langosta
y no dé gusto la alcaparra,
porque el hombre se va a su eterna morada
y circulan por la calle los dolientes.

Antes de que se rompa el cordón de plata,
antes de que se quiebre la lámpara de oro,
antes de que se haga añicos el cántaro junto a la fuente,
antes de que se caiga la polea dentro del pozo,
antes de que el polvo vuelva a la tierra, a lo que era,
y el espíritu vuelva a Dios, que es quien lo ha dado.

Todas las cosas, absolutamente todas,
dice Cohélet, son vana ilusión.

Salmo Responsorial

Salmo 89, 3-4. 5-6. 12-13. 14 y 17

R. (1) Tu eres, Señor, nuestro refugio.
Tú, Señor, haces volver al polvo a los humanos,
diciendo a los mortales que retornen.
Mil años son para ti como un dia
que ya pasó; como una breve noche R.
Tu eres, Señor, nuestro refugio.
Nuestra vida es tan breve como un sueño;
semejante a la hierba.
que despunta y florece en la mañana
y por la tarde se marchita y se seca. R.
R. Tu eres, Señor, nuestro refugio.
Enséñanos a ver lo que es la vida
y seremos sensatos.
¿Hasta cuándo, Señor, vas a tener
compasión de tus siervos? ¿Hasta cuándo? R.
R. Tu eres, Señor, nuestro refugio.
Llénanos de tu amor por la mañana
y júbilo será la vida toda.
Que el Señor bondadoso nos ayude
y dé prosperidad a nuestras obras. R.
R. Tu eres, Señor, nuestro refugio.

Aclamación antes del Evangelio

Cfr 2 Tim 1, 10

R. Aleluya, aleluya.
Jesucristo, nuestro salvador, ha vencido la muerte
y ha hecho resplandecer la vida por medio del Evangelio.
R. Aleluya.

Evangelio

Lc 9, 43-45

En aquel tiempo, como todos comentaban, admirados, los prodigios que Jesús hacía, éste dijo a sus discípulos: “Presten mucha atención a lo que les voy a decir: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres”.

Pero ellos no entendieron estas palabras, pues un velo les ocultaba su sentido y se las volvía incomprensibles. Y tenían miedo de preguntarle acerca de este asunto.

Reflexión

Este pasaje de Lucas 9,43-45 sigue a una serie de milagros que Jesús ha realizado, como la expulsión de un demonio en un niño. La multitud está asombrada por el poder de Dios que opera a través de Jesús. Sin embargo, Jesús cambia radicalmente el tono de la conversación al anunciar su próxima pasión: “El Hijo del Hombre será entregado”. Este es uno de los varios anuncios de su muerte que Jesús hace a lo largo de los Evangelios.

Jesús quiere que sus discípulos no se queden solo en la admiración de sus milagros, sino que comprendan la profundidad de su misión. La muerte de Jesús es parte del plan divino, un acto de amor redentor para la humanidad. Pero, como dice el texto, los discípulos no entienden; les era velado. Aquí se revela una realidad profunda del ser humano: a menudo no comprendemos o rechazamos los caminos de Dios cuando estos implican sufrimiento o sacrificio.

En un hogar, muchas veces los padres toman decisiones difíciles que los hijos no comprenden en su totalidad. Un ejemplo cotidiano podría ser la decisión de mudarse a otra ciudad por motivos de trabajo. Los hijos pueden sentirse confundidos o frustrados por dejar a sus amigos y su ambiente familiar, sin entender por qué sus padres toman esa decisión. Sin embargo, los padres lo hacen pensando en el bienestar de la familia a largo plazo, aunque en el momento sea difícil de ver.

Este ejemplo refleja cómo, en nuestra vida diaria, a menudo no entendemos las dificultades o los sacrificios que se nos presentan, y cómo estos pueden tener un propósito mayor. Así como los discípulos no comprendieron inmediatamente el anuncio de la pasión de Jesús, nosotros también luchamos por aceptar que, en ocasiones, los momentos difíciles son necesarios para un bien mayor.

El pasaje nos llama a confiar en que, aunque no siempre entendamos, hay un propósito más grande que puede estar detrás del sufrimiento o el sacrificio. Así como los discípulos no comprendieron en un principio el camino de la cruz, nosotros también estamos llamados a vivir con fe, sabiendo que lo que hoy no entendemos, mañana puede revelarse como parte de un plan mayor de amor y redención.




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