enero 21, 2024 in Evangelios

Lecturas del 22 de enero del 2024 :: Día de oración por la protección legal de los niños no nacidos

Primera lectura

2 Sm 5, 1-7. 10

En aquellos días, todas las tribus de Israel fueron a Hebrón a ver a David, de la tribu de Judá, y le dijeron: “Somos de tu misma sangre. Ya desde antes, aunque Saúl reinaba sobre nosotros, tú eras el que conducía a Israel, pues ya el Señor te había dicho: ‘Tú serás el pastor de Israel, mi pueblo; tú serás su guía'”.

Así pues, los ancianos de Israel fueron a Hebrón a ver a David, rey de Judá. David hizo con ellos un pacto en presencia del Señor y ellos lo ungieron como rey de todas las tribus de Israel.

David tenía treinta años, cuando comenzó a reinar. Primero reinó en Hebrón, sobre Judá, siete años y tres meses. Después, en Jerusalén, reinó sobre todo Israel y Judá, treinta y tres años. En total, su reinado duró cuarenta años.

Una vez ungido rey, David y sus hombres marcharon a Jerusalén, contra los yebuseos que habitaban aquella tierra. Éstos le dijeron a David: “Tú no entrarás aquí, pues los ciegos y los cojos bastarán para rechazarte. Ellos mismos dicen: ‘David jamás entrará aquí'”. Él, sin embargo, tomó la fortaleza de Sión, que en adelante se llamó “la ciudad de David”. David se hacía cada vez más poderoso y el Señor estaba con él.

Salmo Responsorial

Salmo 88, 20. 21-22. 25-26
R. (25a) Contará con mi amor y mi lealtad.
Hablando tú en visión tus amigos
un día les dijiste:
“He escogido a un valiente de mi pueblo
y he ceñido a sus sienes la corona.
R. Contará con mi amor y mi lealtad.
He encontrado a David, mi servidor,
y con mi aceite santo lo he ungido.
Lo sostendrá mi mano
y le dará mi brazo fortaleza.
R. Contará con mi amor y mi lealtad.
Contará con mi amor y mi lealtad.
y su poder aumentará en mi nombre.
Extenderé su imperio sobre el mar,
sobre los ríos todos, su dominio”.
R. Contará con mi amor y mi lealtad

Aclamación antes del Evangelio

Cfr 2 Tim 1, 10
R. Aleluya, aleluya.
Jesucristo, nuestro Salvador, ha vencido la muerte y ha hecho resplandecer la vida por medio del Evangelio.
R. Aleluya.

Evangelio

Mc 3, 22-30

En aquel tiempo, los escribas que habían venido de Jerusalén, decían acerca de Jesús: “Este hombre está poseído por Satanás, príncipe de los demonios, y por eso los echa fuera”.

Jesús llamó entonces a los escribas y les dijo en parábolas: “¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás? Porque si un reino está dividido en bandos opuestos no puede subsistir. Una familia dividida tampoco puede subsistir. De la misma manera, si Satanás se rebela contra sí mismo y se divide, no podrá subsistir, pues ha llegado su fin. Nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y llevarse sus cosas, si primero no lo ata. Sólo así podrá saquear la casa.

Yo les aseguro que a los hombres se les perdonarán todos sus pecados y todas sus blasfemias. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo nunca tendrá perdón; será reo de un pecado eterno”. Jesús dijo esto, porque lo acusaban de estar poseído por un espíritu inmundo.

Reflexiones

En este segmento bíblico, observamos un momento crítico en el ministerio de Jesucristo. La confrontación con los escribas, provenientes de Jerusalén, nos revela una dimensión clave en la comprensión de su misión. Estos líderes religiosos acusan a Jesús de colaborar con Beelzebul, señor de los demonios, en su labor de exorcismo. La respuesta de Jesús es tanto profunda como ilustrativa, empleando parábolas para desmantelar la acusación y, a su vez, introduciendo la noción del pecado contra el Espíritu Santo, descrito como imperdonable.

Este pasaje es esencial por varias razones, en primer lugar, pone de manifiesto el conflicto entre Jesús y las autoridades religiosas de su tiempo. Esta tensión no es solo sobre prácticas y poder, sino también sobre la interpretación de lo sagrado y la autoridad espiritual. La acusación de colaboración con Beelzebul busca desacreditar la autoridad divina de Jesús y su mensaje revolucionario.

La metáfora del reino dividido, utilizada por Jesús, no solo desacredita la lógica de los escribas, sino que también subraya la fuente verdadera de su poder: una conexión divina inquebrantable con Dios. Este punto es crucial en el entendimiento cristiano de Jesús como la encarnación de lo divino, operando no por medios demoníacos, sino a través del poder del Espíritu Santo.

Este relato refleja el contexto social y religioso en el que Jesús llevó a cabo su obra. La sociedad judía de entonces estaba profundamente arraigada en sus convicciones religiosas, y cualquier desafío a estas normas era visto con suspicacia. La reacción de los escribas es un testimonio de las tensiones que Jesús provocó con su enfoque innovador y sus desafíos a las interpretaciones establecidas de la Ley.

Trasladando esta enseñanza a nuestra realidad contemporánea, nos lleva a reflexionar sobre nuestra propia receptividad ante lo desconocido o lo que desafía nuestras creencias arraigadas. Examinemos en esta narrativa nuestras propias actitudes hacia lo que percibimos como desafiante o incomprensible, recordemos la importancia de la humildad y la apertura de corazón en nuestro camino espiritual.

Así, el pasaje de San Marcos se convierte en un espejo reflexivo para nuestra era, alentándonos a buscar la verdad con un espíritu abierto y a reconocer la presencia y acción del Espíritu Santo en nuestras vidas y en el mundo que nos rodea.




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