noviembre 23, 2023 in Evangelios

Lecturas del 27 de noviembre del 2023

Lunes de la XXXIV semana del Tiempo ordinario

Lectionary: 503

Primera lectura

Daniel 1, 1-6. 8-20

El año tercero del reinado de Joaquín, rey de Judá, vino a Jerusalén Nabucodonosor, rey de Babilonia, y la sitió. El Señor entregó en sus manos a Joaquín, rey de Judá, así como parte de los objetos del templo, que él se llevó al país de Senaar y los guardó en el tesoro de sus dioses.

El rey mandó a Aspenaz, jefe de sus oficiales, que seleccionara de entre los israelitas de sangre real y de la nobleza, algunos jóvenes, sin defectos físicos, de buena apariencia, sobrios, cultos e inteligentes y aptos para servir en la corte del rey, con el fin de enseñarles la lengua y la literatura de los caldeos.

El rey les asignó una ración diaria de alimentos y de vino de su propia mesa. Deberían ser educados durante tres años y después entrarían al servicio del rey. Entre ellos se encontraban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, que eran de la tribu de Judá.

Daniel hizo el propósito de no contaminarse compartiendo los alimentos y el vino de la mesa del rey, y le suplicó al jefe de los oficiales que no lo obligara a contaminarse. Dios le concedió a Daniel hallar favor y gracia ante el jefe de los oficiales. Sin embargo, éste le dijo a Daniel: “Le tengo miedo al rey, mi señor, porque él les ha asignado a ustedes su comida y su bebida, y si llega a verlos más delgados que a los demás, estará en peligro mi vida”.

Daniel le dijo entonces a Malasar, a quien el jefe de los oficiales había confiado el cuidado de Daniel, Ananías, Misael y Azarías: “Por favor, haz la prueba con tus siervos durante diez días; que nos den de comer legumbres, y de beber, agua; entonces podrás comparar nuestro aspecto con el de los jóvenes que comen de la mesa del rey y podrás tratarnos según el resultado”.

Aceptó él la propuesta e hizo la prueba durante diez días. Al cabo de ellos, los jóvenes judíos tenían mejor aspecto y estaban más robustos que todos los que comían de la mesa del rey. Desde entonces Malasar les suprimió la ración de comida y de vino, y les dio sólo legumbres.

A estos cuatro jóvenes les concedió Dios sabiduría e inteligencia en toda clase de ciencia. A Daniel, además, el don de interpretar visiones y sueños.

Al cabo del tiempo establecido, el jefe de los oficiales llevó a todos los jóvenes ante Nabucodonosor y se los presentó. El rey conversó con ellos y entre todos no encontró a nadie como Daniel, Ananías, Misael y Azarías. Quedaron entonces al servicio del rey. Y en todas las cosas de sabiduría, inteligencia y experiencia que el rey les propuso, los encontró diez veces superiores a todos los magos y adivinos de su reino.

Salmo Responsorial

Daniel 3, 52. 53. 54. 55. 56
R. (52b) Bendito seas, Señor, para siempre.
Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres.
Que tu nombre santo y glorioso sea bendito.
R. Bendito seas, Señor, para siempre.
Bendito seas en el templo santo y glorioso.
Que en el trono de tu reino sea bendito.
R. Bendito seas, Señor, para siempre.
Bendito eres tú, Señor,
Que penetras con tu morada los abismos
y te sientas en tu trono rodeado de querubines.
Bendito seas, Señor, en la bóveda del cielo.
R. Bendito seas, Señor, para siempre.

Aclamación antes del Evangelio

Mateo 24, 42. 44
R. Aleluya, aleluya.
Estén preparados, porque no saben
a qué hora va a venir el Hijo del hombre.
R. Aleluya.

Evangelio

Lucas 21, 1-4
En aquel tiempo, levantando los ojos, Jesús vio a unos ricos que echaban sus donativos en las alcancías del templo. Vio también a una viuda pobre, que echaba allí dos moneditas, y dijo: “Yo les aseguro que esa pobre viuda ha dado más que todos. Porque éstos dan a Dios de lo que les sobra; pero ella, en su pobreza, ha dado todo lo que tenía para vivir”.

Reflexión

El relato de Lucas 21:1-4 nos presenta una escena conmovedora y reveladora en el templo, donde Jesús observa las ofrendas de los fieles. Entre la multitud, destaca la acción de una viuda pobre, cuya ofrenda, aunque pequeña en cantidad, es grande en significado. Este pasaje es una profunda lección sobre la verdadera generosidad y la esencia del dar.

La contraposición entre los ricos, que contribuyen con grandes sumas de su excedente, y la viuda, que ofrece “todo lo que tenía para vivir”, pone de relieve diferentes actitudes hacia la ofrenda y la devoción. Jesús señala que la verdadera medida del dar no reside en la cantidad, sino en la proporción de lo que se entrega y el sacrificio que implica. La viuda, en su pobreza, ha dado más que todos porque ha entregado todo lo que tenía.

Este episodio nos invita a reflexionar sobre nuestras propias prácticas de dar y sobre lo que significa ofrecer con un corazón generoso. La ofrenda de la viuda es un recordatorio de que lo que cuenta no es la magnitud de nuestra contribución, sino la sinceridad y la entrega con la que damos. En la sociedad actual, donde a menudo se valora la cantidad sobre la calidad, este pasaje nos desafía a reconsiderar nuestras prioridades y nuestra comprensión del sacrificio y la generosidad.

Además, la historia de la viuda nos enseña sobre la confianza en la providencia divina. Al dar todo lo que tenía, la viuda demuestra una fe profunda y una confianza absoluta en Dios. Su acto es un testimonio de la fe que trasciende la seguridad material y se aferra a una esperanza más allá de lo visible.

La reflexión sobre este pasaje es especialmente pertinente en el contexto de la vida moderna, donde el materialismo y la acumulación a menudo dominan. Nos llama a considerar cómo nuestras ofrendas, ya sean materiales, de tiempo o de talento, reflejan nuestro compromiso con los valores del Reino de Dios. Nos anima a dar no solo de nuestra abundancia, sino también de nuestra escasez, ofreciendo lo mejor de nosotros mismos en servicio a Dios y a los demás.

La ofrenda de la viuda pobre en Lucas 21:1-4 es una poderosa enseñanza sobre la fe, la generosidad y el verdadero espíritu del dar. Nos desafía a examinar la naturaleza de nuestras propias ofrendas y a vivir con una generosidad que refleje nuestra fe y nuestra confianza en Dios. En un mundo que mide el valor en términos materiales, esta historia nos invita a adoptar una perspectiva diferente, una donde la generosidad del corazón y la totalidad del compromiso son las verdaderas medidas de nuestra ofrenda.




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