Lecturas del día 3 de noviembre de 2023
Primera lectura
Hasta aceptaría verme separado de Cristo, si esto fuera para bien de mis hermanos, los de mi raza y de mi sangre, los israelitas, a quienes pertenecen la adopción filial, la gloria, la alianza, la ley, el culto, las promesas. Ellos son descendientes de los patriarcas; y de su raza, según la carne, nació Cristo, el cual está por encima de todo y es Dios bendito por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo Responsorial
Glorifica al Señor, Jerusalén;
a Dios ríndele honores, Israel.
El refuerza el cerrojo de tus puertas
y bendice a tus hijos en tu casa.
R. Bendigamos al Señor, nuestro Dios.
El mantiene la paz en tus fronteras,
con su trigo mejor sacia tu hambre.
El envía a la tierra su mensaje
y su palabra corre velozmente.
R. Bendigamos al Señor, nuestro Dios.
Le muestra a Jacob su pensamiento,
sus normas y designios a Israel.
No ha hecho nada igual con ningún pueblo,
ni le ha confiado a otro sus proyectos.
R. Bendigamos al Señor, nuestro Dios.
Aclamación antes del Evangelio
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor;
yo las conozco y ellas me siguen.
R. Aleluya.
Evangelio
Ellos se quedaron callados. Entonces Jesús tocó con la mano al enfermo, lo curó y le dijo que se fuera. Y dirigiéndose a ellos les preguntó: “Si a alguno de ustedes se le cae en un pozo su burro o su buey, ¿no lo saca enseguida, aunque sea sábado?” Y ellos no supieron qué contestarle.
Reflexión
San Martín de Porres, nacido en Lima en el siglo XVII, es un ícono de humildad, servicio y amor al prójimo. Hijo ilegítimo de un caballero español y una liberta de ascendencia africana, su vida estuvo marcada por la pobreza y el desprecio social. A pesar de estas adversidades, encontró en la fe católica un refugio y un propósito. Su vocación religiosa lo llevó a ingresar a la Orden de los Dominicos, donde, a pesar de las restricciones raciales de la época, pudo profesar como hermano laico. Martín de Porres es recordado por su profundo compromiso con los más necesitados, curando enfermos y ayudando a los desamparados. Su vida es testimonio de una espiritualidad arraigada en la compasión y el servicio desinteresado.
Reflexión sobre Lucas 14, 1-6
El Evangelio según San Lucas, en su capítulo 14, versículos del 1 al 6, nos presenta una escena que invita a la reflexión. Jesús, siendo observado de cerca por los líderes religiosos en el día de reposo, realiza una curación. La pregunta que plantea a los presentes es simple pero profunda: ¿Está permitido curar en sábado o no?
El contexto judío del momento otorgaba un carácter sagrado al día de reposo. El sábado era un día consagrado a Dios, y se esperaba que las personas se abstuvieran de realizar cualquier tipo de trabajo. Sin embargo, Jesús, con su acción, cuestiona las rígidas interpretaciones de la ley mosaica y coloca en el centro la dignidad humana.
Teológicamente, este pasaje del Evangelio nos muestra la esencia del mensaje de Cristo: el amor y la misericordia de Dios superan cualquier norma o tradición humana. Jesús, al curar al hombre hidrópico en sábado, nos muestra que la compasión y el amor al prójimo no deben estar sujetos a limitaciones temporales o reglas estrictas. La salvación y el bienestar del ser humano son prioritarios para Dios.
Esta enseñanza de Jesús nos invita a una introspección personal sobre nuestras propias acciones y prioridades. ¿Cuántas veces nos hemos aferrado a tradiciones o normas, olvidando el bienestar de los demás? ¿Hemos puesto barreras en nuestro camino espiritual, evitando actuar con misericordia y comprensión hacia los demás? La acción de Jesús nos recuerda que nuestra fe debe traducirse en obras concretas de amor, sin importar el momento o las circunstancias.
San Martín de Porres, en su vida, encarnó esta enseñanza del Evangelio. A pesar de vivir en una sociedad que a menudo lo marginaba y despreciaba, él optó por servir y amar sin restricciones. No se detuvo ante obstáculos sociales o prejuicios, sino que, guiado por su fe, actuó con compasión y generosidad hacia todos, sin distinción. Su vida es un ejemplo de cómo el amor y la misericordia deben ser los pilares de nuestra fe y acción.
En conclusión, el pasaje de Lucas 14, 1-6 nos invita a reflexionar sobre la verdadera esencia de nuestra fe. Jesús, con su acción y palabras, nos muestra que el amor y la misericordia deben prevalecer sobre cualquier norma o tradición. San Martín de Porres, con su vida, nos enseña que este mensaje evangélico es aplicable en cualquier contexto histórico y social. Como cristianos, estamos llamados a vivir nuestra fe con autenticidad, poniendo en el centro la dignidad y el bienestar del ser humano. Es una invitación a ser compasivos, misericordiosos y amorosos en todas nuestras acciones, siguiendo el ejemplo de Cristo y de los santos que nos han precedido en la fe.
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