Viviendo Magis: El llamado a hacer más
El concepto de magis es una idea central en la espiritualidad ignaciana. Proveniente del latín, que significa “más” o “mejor”. Sin embargo, en el contexto ignaciano, magis no se refiere a la cantidad, sino a la calidad y profundidad de nuestras acciones. No se trata de hacer más por hacer más, sino de hacer todo lo que hagamos con mayor amor, mayor cuidado, y mayor dedicación. Es un llamado a la excelencia, pero una excelencia motivada por el amor y el deseo de servir a Dios y a los demás.
San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, instó a sus seguidores a buscar siempre el magis, a esforzarse por hacer más para la mayor gloria de Dios. Pero esta no es una tarea fácil. Requiere discernimiento, compromiso y coraje. Y, sobre todo, requiere un deseo de ir más allá de lo ordinario, de lo fácil, de lo cómodo.
Vivir el magis es optar por el camino menos transitado, es elegir la senda que puede ser más exigente, pero que también es más gratificante. Es buscar la justicia cuando sería más fácil ignorar la injusticia. Es elegir la verdad cuando sería más conveniente aceptar la mentira. Es amar cuando sería más sencillo ser indiferente.
En un mundo que a menudo valora la eficiencia, la productividad y el éxito material, el llamado al magis puede parecer contracultural. Pero es precisamente en este desafío donde radica su belleza y su potencial transformador. Porque el magis no es solo un ideal para el individuo, sino también para las comunidades y la sociedad en su conjunto.
Cuando vivimos el magis, nos esforzamos por construir una sociedad más justa y compasiva. Nos comprometemos a cuidar de nuestro planeta y de todas las criaturas que lo habitan. Luchamos por la dignidad de cada persona y por la igualdad de oportunidades para todos.
El magis nos impulsa a ver el rostro de Dios en cada persona que encontramos, y a reconocer que cada uno de nosotros tiene un papel único y valioso en la construcción del Reino de Dios. Nos llama a ser co-creadores con Dios, a usar nuestros talentos y habilidades no solo para nuestro beneficio, sino para el bien de todos.
Vivir el magis no siempre es fácil. Puede requerir sacrificio y puede implicar dificultades. Pero también trae consigo una profunda alegría y paz, la alegría de saber que estamos viviendo de acuerdo con nuestra vocación más profunda, y la paz de saber que estamos contribuyendo a la obra de Dios en el mundo.
El llamado al magis es un llamado a cada uno de nosotros. No importa dónde estemos en nuestro viaje espiritual, siempre hay más que podemos hacer, más amor que podemos dar, más justicia que podemos buscar, más verdad que podemos defender.
El magis es un desafío, pero también es una promesa: la promesa de una vida llena de significado y propósito, la promesa de una comunidad construida sobre el amor y la justicia, la promesa de un mundo transformado por la gracia y la misericordia de Dios. Así que, ¿estás listo para responder al llamado al magis? ¿Estás listo para hacer más?
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