El Papa Francisco nos dice: De qué tengo miedo. ¿De no tener lo que me gusta o de no agradar al Señor?
Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano
En su reflexión de hoy, domingo 25 de junio del 2023, el Papa Francisco nos dijo, que no debemos desperdiciar el mayor bien que tenemos: la vida. Sólo eso debería asustarnos. Permanecer fiel a lo que cuenta cuesta; cuesta ir contracorriente, afirmó el Santo Padre, liberarse de los condicionamientos del pensamiento común, ser apartado por los que “siguen la ola”.
En el Evangelio de hoy, Jesús repite tres veces a sus discípulos: “No tengan miedo”, y antes, les habló de las persecuciones que tendrán que soportar por causa del Evangelio. Al respecto, el Papa Francisco recordó que esas persecuciones existen aún hoy día, la Iglesia, dijo, desde el principio ha conocido, junto con sus alegrías, muchas persecuciones.
“Parece paradójico: el anuncio del Reino de Dios es un mensaje de paz y de justicia, fundado en la caridad fraterna y en el perdón, y sin embargo encuentra oposición, violencia y persecución”.
Nada de lo que es bueno se perderá
Sin embargo, Jesús les dice a los apóstoles que no tengan miedo, no porque a ellos no los perseguirán, sino porque, “para el Padre somos preciosos y nada de lo que es bueno se perderá”. Debemos sólo temer caer en el valle de Geenna:
El valle de “Geenna” era un lugar que los habitantes de Jerusalén conocían bien: era el gran vertedero de la ciudad. Y Jesús habla de ese valle, afirmó el Papa, para decir que el verdadero miedo que hay que tener es el de tirar la propia vida.
“Como si dijera: no hay que tener tanto miedo a sufrir incomprensiones y críticas, a perder prestigio y ventajas económicas por permanecer fieles al Evangelio, sino a malgastar la existencia persiguiendo cosas triviales, que no llenan la vida de sentido”.
Que tu vida tenga sentido
Incluso hoy día, señaló, uno puede ser objeto de burlas o de discriminación si no sigue ciertos modelos de moda, que, sin embargo, a menudo ponen en el centro realidades de segunda categoría: cosas en lugar de personas, prestaciones en lugar de relaciones. Y citó ejemplos: padres de familia que trabajan sin descanso para mantener a la familia, viviendo sólo para el trabajo, pero necesitan tiempo para estar con sus hijos; un sacerdote o una religiosa que deben comprometerse en su servicio, sin olvidar dedicarle tiempo a Jesús, para no caer, afirmó, en la mundanidad espiritual y perder el sentido de lo que son. Un joven con mil compromisos y pasiones, desde la escuela, el deporte, el celular y las redes sociales, dejando de lado conocer gente, necesitan realizar grandes sueños, sin perder el tiempo en cosas que pasan y no dejan huella.
Renunciar algo frente a los ídolos de la eficacia y el consumismo, dedicar un tiempo al Señor, es necesario dijo Francisco, no perderse en las cosas, que luego se tiran, como se hacía entonces en Geenna. “Y en cambio, la gente suele acabar en las Geennas de hoy: pensemos en los últimos, a menudo tratados como material de desecho y objetos no deseados”, dijo.
Permenecer fiel a lo que cuenta
Un último consejo en la reflexión del Pontífice, no desperdiciar el mayor bien que tenemos: la vida. Sólo eso debería asustarnos. Pensando en no desperdiciar nuestras vidas, en darles sentido, el Papa aconseja ir contracorriente, aunque cueste, liberarnos de los condicionamientos del pensamiento común, ser apartados por los que “siguen la ola”. Y preguntarnos:
“Yo, ¿de qué tengo miedo? ¿De no tener lo que me gusta? ¿De no alcanzar las metas que la sociedad impone? ¿Del juicio de los demás? ¿O de no agradar al Señor y no anteponer su Evangelio? María, Virgen Sabia, ayúdanos a ser sabios y valientes en las decisiones que tomamos”.
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