El Papa a los niños y jóvenes le dice: no pierdan el gusto por el deporte por pasión
Amedeo Lomonaco – Ciudad del Vaticano
Las palabras del Papa Francisco resuenan en el Aula Pablo VI entre los rostros de profesores, niños y jóvenes llegados de más de 30 países para participar en el primer Simposio Internacional de Tenis y Pádel. Un evento, programado para los días 6 y 7 de mayo en el Foro Itálico, promovido por el Instituto Superior de Formación “Roberto Lombardi” y la Federación Italiana de Tenis y Pádel. El eje sobre el que están llamados a reflexionar los ponentes de todo el mundo está vinculado, en particular, a la dimensión formativa. Refiriéndose a este aspecto crucial, subrayó que lo más importante es el vínculo entre el juego y la educación.
“El tenis es un juego, el pádel es un juego, y su fuerza educativa reside precisamente en la dinámica del juego. No te dejes robar el placer de hacer deporte por pasión, por diversión y disfrute. Y esta es la gratuidad, el espíritu de gratuidad con el que debemos jugar. La competitividad es buena si no nos quita esta dimensión lúdica. Si, por el contrario, prevalece la dinámica de la competición, ésta desencadena diversas formas de egoísmo que acaban por arruinar el deporte, de modo que ya no es educativo, sino todo lo contrario”.
Sin el espíritu amateur, el deporte se convierte en un oficio
Una cosa que nunca debe perderse, recuerda el Papa, es el amateurismo:
Recorrer el camino de la educación
En su discurso, Francisco establece una comparación entre los valores del deporte y su función educativa. Y subraya que la dimensión educativa no puede separarse de la práctica deportiva:
Equilibrio entre riesgo y prudencia
El deporte, como el entrenamiento, requiere siempre un equilibrio entre momentos de riesgo y prudencia. Un buen jugador de tenis o de pádel -explica Francesco- no puede limitarse a atacar:
Crecer no significa evitar todos los imprevistos
Por ello, el Pontífice insta a dosificar bien el riesgo y la prudencia. “Arriesgarse”, dice el Papa, “significa, por ejemplo, permitir que el niño viva una experiencia nueva” que le ayude a crecer:
Entrenar la resistencia
El riesgo debe ser proporcionado y la verdadera prudencia, añade el Papa, “es siempre una actitud positiva, nunca negativa”:
Las palabras finales de Francisco son una exhortación a seguir adelante, “manteniendo bien unidos el riesgo y la prudencia, el ataque y la defensa”.
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