Con motivo de la jornada del próximo 24 de julio, la Penitenciaría Apostólica concede la oportunidad a quienes participen en la misa presidida por el Papa Francisco en San Pedro, a los enfermos que la sigan desde casa y a quienes dediquen tiempo a visitar a personas avanzadas en edad, especialmente a las que están solas o afectadas por la enfermedad y la discapacidad
Vatican News
La Penitenciaría Apostólica, acogiendo la solicitud presentada por el Cardenal Kevin Joseph Farrell, Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, con motivo de la II Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores, ya instituida por el Papa Francisco el cuarto domingo de julio, comunica en una nota la facultad de obtener la Indulgencia Plenaria en las condiciones habituales (Confesión Sacramental, Comunión eucarística y oración según las intenciones del Sumo Pontífice) “a los abuelos, a los ancianos y a todos los fieles que, movidos por el verdadero espíritu de penitencia y caridad, participarán el 24 de julio de 2022” en la “solemne celebración que el Santo Padre Francisco presidirá en la Basílica Papal del Vaticano, o en las diversas celebraciones que tendrán lugar en todo el mundo”. La indulgencia podrá aplicarse también como sufragio a las almas del purgatorio”.
Indulgencia plenaria también para los enfermos y quienes visitan a los ancianos
La Indulgencia Plenaria, precisa la nota, se concede también el mismo día a los fieles “que dedicaran un tiempo adecuado a visitar, de forma presencial o virtual, a través de los medios de comunicación, a los hermanos ancianos en situación de necesidad o dificultad (como los enfermos, los abandonados, los discapacitados)”.
Además, se concederá la misma Indulgencia Plenaria a los ancianos enfermos y a todos aquellos que, “imposibilitados de salir de su casa por un motivo grave, se unan espiritualmente a las sagradas celebraciones de la Jornada Mundial, ofreciendo a Dios Misericordioso sus oraciones, dolores y sufrimientos de la propia vida, especialmente mientras se difunden por los medios de comunicación las palabras del Pontífice y las diversas celebraciones”.
La nota finaliza con una petición a los sacerdotes “para que se pongan a disposición con un espíritu dispuesto y generoso para la celebración del Sacramento de la Penitencia”.
Con motivo de la jornada del próximo 24 de julio, la Penitenciaría Apostólica concede la oportunidad a quienes participen en la misa presidida por el Papa Francisco en San Pedro, a los enfermos que la sigan desde casa y a quienes dediquen tiempo a visitar a personas avanzadas en edad, especialmente a las que están solas o afectadas por la enfermedad y la discapacidad
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La Penitenciaría Apostólica, acogiendo la solicitud presentada por el Cardenal Kevin Joseph Farrell, Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, con motivo de la II Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores, ya instituida por el Papa Francisco el cuarto domingo de julio, comunica en una nota la facultad de obtener la Indulgencia Plenaria en las condiciones habituales (Confesión Sacramental, Comunión eucarística y oración según las intenciones del Sumo Pontífice) “a los abuelos, a los ancianos y a todos los fieles que, movidos por el verdadero espíritu de penitencia y caridad, participarán el 24 de julio de 2022” en la “solemne celebración que el Santo Padre Francisco presidirá en la Basílica Papal del Vaticano, o en las diversas celebraciones que tendrán lugar en todo el mundo”. La indulgencia podrá aplicarse también como sufragio a las almas del purgatorio”.
Indulgencia plenaria también para los enfermos y quienes visitan a los ancianos
La Indulgencia Plenaria, precisa la nota, se concede también el mismo día a los fieles “que dedicaran un tiempo adecuado a visitar, de forma presencial o virtual, a través de los medios de comunicación, a los hermanos ancianos en situación de necesidad o dificultad (como los enfermos, los abandonados, los discapacitados)”.
Además, se concederá la misma Indulgencia Plenaria a los ancianos enfermos y a todos aquellos que, “imposibilitados de salir de su casa por un motivo grave, se unan espiritualmente a las sagradas celebraciones de la Jornada Mundial, ofreciendo a Dios Misericordioso sus oraciones, dolores y sufrimientos de la propia vida, especialmente mientras se difunden por los medios de comunicación las palabras del Pontífice y las diversas celebraciones”.
La nota finaliza con una petición a los sacerdotes “para que se pongan a disposición con un espíritu dispuesto y generoso para la celebración del Sacramento de la Penitencia”.
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