Evangelio del 31 de octubre del 2024 según Lucas 13, 31-35
Jueves de la XXX semana del Tiempo ordinario
Lectionary: 482
Primera lectura
Hermanos: Busquen su fortaleza en el Señor y en su invencible poder. Utilicen las armas que Dios les ha dado, para poder resistir a las asechanzas del diablo. Porque no estamos luchando contra fuerzas humanas, sino contra las fuerzas espirituales y sobrehumanas del mal, que dominan y gobiernan este mundo de tinieblas.
Por eso, para que puedan resistir en los momentos difíciles y quedar definitivamente victoriosos, revístanse con la armadura de Dios: que su cinturón sea siempre la verdad; su coraza, la justicia; su calzado, la prontitud para anunciar el Evangelio de la paz; que la fe les sirva siempre de escudo para protegerlos y apagar las flechas incendiarias del enemigo malo; pónganse el casco de la salvación y empuñen la espada del espíritu, que es la palabra de Dios.
Y, con la ayuda del Espíritu Santo, oren y supliquen continuamente. Velen en oración constantemente por todo el pueblo cristiano y también por mí, a fin de que Dios me conceda hablar con toda libertad para anunciar el misterio de Cristo, contenido en el Evangelio, del cual soy embajador, aunque estoy encadenado. Pidan, pues, que tenga valor para predicarlo como debo.
Salmo Responsorial
R. (1a) Bendito sea el Señor, mi fortaleza.
Bendito sea el Señor,
mi roca firme;
él adiestró mis manos y mis dedos
para luchar en lides. R.
R. Bendito sea el Señor, mi fortaleza.
El es mi amigo fiel, mi fortaleza,
mi seguro escondite,
escudo en que me amparo,
el que los pueblos a mis plantas rinde. R.
R. Bendito sea el Señor, mi fortaleza.
Al compás de mi cítara,
nuevos cantos, Señor, he de decirte,
pues tú das a los reyes la victoria
y salvas a David, tu siervo humilde. R.
R. Bendito sea el Señor, mi fortaleza.
Aclamación antes del Evangelio
R. Aleluya, aleluya.
¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor!
¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!
R. Aleluya.
Evangelio
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le dijeron: “Vete de aquí, porque Herodes quiere matarte”.
Él les contestó: “Vayan a decirle a ese zorro que seguiré expulsando demonios y haciendo curaciones hoy y mañana, y que al tercer día terminaré mi obra. Sin embargo, hoy, mañana y pasado mañana tengo que seguir mi camino, porque no conviene que un profeta muera fuera de Jerusalén.
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas y apedreas a los profetas que Dios te envía! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus pollitos bajo las alas, pero tú no has querido!
Así pues, la casa de ustedes quedará abandonada. Yo les digo que no me volverán a ver hasta el día en que digan: ‘¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!’ ”
Reflexión
El evangelio de Lucas 13, 31-35 nos presenta a Jesús enfrentándose a la oposición y la amenaza de Herodes, quien quiere matarlo. En este contexto, Jesús deja en claro que su misión no será detenida por el miedo o la intimidación. La valentía de Jesús al seguir su camino, a pesar de las advertencias y del peligro que corría, nos muestra cómo su compromiso con la voluntad de Dios es más fuerte que cualquier amenaza humana. Esto refleja también la realidad de un Jesús perseguido y criticado por desafiar el orden establecido, al denunciar la injusticia y proclamar la verdad, un patrón que lamentablemente sigue vigente hoy en día, cuando aquellos que se atreven a cuestionar los malos actos de otros también enfrentan resistencia y rechazo.
La frase de Jesús: “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas y apedreas a los profetas que Dios te envía! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus pollitos bajo las alas, pero tú no has querido!” tiene una carga emocional profunda. Jesús lamenta la terquedad del pueblo, su negativa a escuchar el mensaje de salvación. Esta imagen de la gallina que protege a sus polluelos bajo sus alas es un símbolo de amor, protección y cuidado. Jesús se presenta aquí como un pastor que desea proteger y guiar a su pueblo, pero que se encuentra con corazones endurecidos, incapaces de aceptar el refugio que Él les ofrece. Es una expresión de su amor incansable y su deseo de salvar a todos, a pesar del rechazo que encuentra.
El lamento de Jesús sobre Jerusalén no es solo un reproche, sino también un llamado a la conversión. Nos recuerda que el amor de Dios es constante, incluso cuando nos alejamos de Él. El desafío que Jesús nos presenta es el de abandonar nuestra rebeldía y aceptar su invitación a la comunión. La historia nos enseña que el rechazo a los profetas trae consecuencias, pero también que siempre hay una oportunidad para volver, para encontrar refugio bajo las alas de aquel que nunca se cansa de esperarnos.
En este día, 31 de octubre, mientras muchas personas celebran Halloween, es importante recordar que también estamos en la víspera de la Solemnidad de Todos los Santos. Esta fecha nos invita a priorizar lo verdaderamente valioso: celebrar a aquellos hombres y mujeres que, como nosotros, optaron por seguir a Cristo y se convirtieron en ejemplo de fe y santidad. Aunque Halloween puede ser una diversión para algunos, es fundamental no olvidar la importancia de mantenernos firmes en nuestra fe y evitar involucrarnos en prácticas que no están en armonía con la voluntad de Dios. Podemos elegir celebrar Holywins, resaltando el triunfo de la santidad y recordando que estamos llamados a ser santos, viviendo nuestra fe con alegría y valentía, siguiendo el ejemplo de aquellos que ya han alcanzado la plenitud en Dios.
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