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junio 14, 2024 in Evangelios

Evangelio del 14 de junio del 2024

Viernes de la X semana del Tiempo ordinario

Lectionary: 363

Primera lectura

1 Reyes19, 9. 11-16
Al llegar al monte de Dios, el Horeb, el profeta Elías entró en una cueva y permaneció allí. El Señor le dijo: “Sal de la cueva y quédate en el monte para ver al Señor, porque el Señor va a pasar”.

Así lo hizo Elías, y al acercarse el Señor, vino primero un viento huracanado, que partía las montañas y resquebrajaba las rocas; pero el Señor no estaba en el viento. Se produjo después un terremoto; pero el Señor no estaba en el terremoto. Luego vino un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego. Después del fuego se escuchó el murmullo de una brisa suave.

Al oírlo, Elías se cubrió el rostro con el manto y salió a la entrada de la cueva. Entonces oyó una voz que le dijo: “¿Qué haces aquí, Elías?” Él respondió: “Me consume el celo por tu honra, Señor, Dios de los ejércitos, porque los israelitas han abandonado tu alianza, han derribado tus altares y asesinado a tus profetas; sólo quedo yo y me andan buscando para matarme”.

El Señor le dijo: “Desanda tu camino hacia el desierto de Damasco. Ve y unge a Jazael como rey de Siria; a Jehú, hijo de Nimsí, como rey de Israel; y a Eliseo, hijo de Safat, úngelo como profeta, sucesor tuyo”.

Salmo Responsorial

Salmo 26, 7-8a. 8b-9abc. 13-14
R. (8b) Oye, Señor, mi voz y mis clamores.
Oye, Señor, mi voz y mi clamores
y tenme compasión;
el corazón me dice que te busque
y buscándote estoy.
R. Oye, Señor, mi voz y mis clamores.
No rechaces con cólera a tu siervo,
tú eres mi único auxilio;
no me abandones ni me dejes solo,
Dios y salvador mío.
R. Oye, Señor, mi voz y mis clamores.
La bondad del Señor espero ver
en esta misma vida.
Armate de valor y fortaleza
y en el Señor confía.
R. Oye, Señor, mi voz y mis clamores.

Aclamación antes del Evangelio

Flp 2, 15. 16
R. Aleluya, aleluya.
Iluminen al mundo
con la luz del Evangelio reflejada en su vida.
R. Aleluya.

Evangelio

Mt 5, 27-32
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Han oído ustedes que se dijo a los antiguos: No cometerás adulterio; pero yo les digo que quien mire con malos deseos a una mujer, ya cometió adulterio con ella en su corazón. Por eso, si tu ojo derecho es para ti ocasión de pecado, arráncatelo y tíralo lejos, porque más te vale perder una parte de tu cuerpo y no que todo él sea arrojado al lugar de castigo. Y si tu mano derecha es para ti ocasión de pecado, córtatela y arrójala lejos de ti, porque más te vale perder una parte de tu cuerpo y no que todo él sea arrojado al lugar de castigo.

También se dijo antes: El que se divorcie, que le dé a su mujer un certificado de divorcio; pero yo les digo que el que se divorcia, salvo el caso de que vivan en unión ilegítima, expone a su mujer al adulterio, y el que se casa con una divorciada comete adulterio’’.

Reflexión

En Mateo 5:27-32, Jesús aborda la pureza del corazón y la fidelidad, conceptos fundamentales para una vida de integridad y amor verdadero.

Durante el tiempo de Jesús, las leyes sobre el matrimonio y la pureza eran estrictas. El adulterio era severamente castigado, pero la interpretación de la ley se enfocaba más en los actos visibles que en las intenciones del corazón.

Jesús amplía el entendimiento de la ley diciendo: “Ustedes han oído que se dijo: ‘No cometerás adulterio.’ Pero yo les digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.” Aquí, Jesús nos llama a una pureza más profunda, que va más allá de nuestras acciones visibles y toca nuestros pensamientos e intenciones.

En la sociedad actual, somos constantemente bombardeados por imágenes y mensajes que pueden desviar nuestra atención y corromper nuestros pensamientos. Jesús espera que estemos vigilantes y que cultivemos una mente y un corazón puros. Esto no es fácil, pero es esencial para mantener relaciones saludables y respetuosas.

Jesús utiliza un lenguaje fuerte cuando habla de arrancar un ojo o cortar una mano si nos hacen pecar. Obviamente, no se refiere a una mutilación literal, sino a la necesidad de tomar medidas drásticas para evitar el pecado. Esto podría significar eliminar ciertas influencias en nuestra vida, como evitar contenido inapropiado o establecer límites saludables en nuestras interacciones.

Supongamos que estamos en una relación de pareja y empezamos a sentir una atracción hacia otra persona. En lugar de alimentar esos pensamientos, podríamos hablar abiertamente con nuestra pareja sobre nuestros sentimientos, buscar apoyo de amigos o consejeros, y tomar medidas para fortalecer nuestra relación. Esto podría incluir pasar más tiempo de calidad juntos o encontrar actividades diferentes que nos unan más.

Jesús habla también sobre el divorcio y cómo debemos tratar el matrimonio con la seriedad que merece. En nuestra cultura, el compromiso matrimonial a menudo se ve como algo desechable, pero Jesús nos recuerda la importancia de mantenerse firme en  la fidelidad y el respeto mutuos .

El vivir con integridad y pureza de corazón es un gran desafío. El Señor nos alerta para que seamos conscientes de nuestros pensamientos y a tomar acciones para proteger nuestras relaciones y mantener la santidad en nuestra vida cotidiana.




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