Tecnologías para el encuentro: puentes digitales para la Nueva Evangelización
“Id también vosotros a mi viña” fueron las palabras que dirigió Jesús a los apóstoles al enviarlos a evangelizar el mundo conocido. Hoy, en pleno siglo XXI, esas mismas palabras resuenan para la Iglesia con igual o mayor urgencia ante los profundos cambios culturales.
Estamos inmersos en una era digital signada por la hiperconectividad, la inmediatez informativa, las redes sociales y nuevas formas de relacionarnos. En este contexto, la misión evangelizadora de la Iglesia está llamada a dar un salto valiente hacia las autopistas de la comunicación por las que transita la humanidad.
El papa Francisco lo dice sin ambigüedades: “La revolución de las comunicaciones conlleva consejos para todos los agentes de la comunicación y de la evangelización. No se puede realizar la misión sin tener en cuenta este nuevo ámbito de diálogo”. Se impone, pues, asumir los medios digitales e invertir en ellos con decisión.
Para ello, será clave formar comunicadores cristianos profesionales en el lenguaje y las nuevas narrativas digitales. También generar contenidos creativos de calidad que despierten interrogantes existenciales en quienes están inmersos en la cultura virtual.
Esto supone adaptar el mensaje del Evangelio -que es perenne- a formatos multimedia que conecten con la experiencia humana contemporánea. Vale decir: pódcast, videos en redes sociales, transmisiones online de eventos religiosos, portales informativos dinámicos.
Si en el pasado la Iglesia supo apropiarse con fineza de tecnologías como la imprenta, la radio y la TV para difundir la Buena Noticia, hoy no puede quedar atrás. Los Obispos de Latinoamérica ya advierten que “es vital estar presentes en los nuevos areópagos como Internet, los foros internacionales y las amplias redes y estructuras interactivas para anunciar que Jesús es el Señor”.
Están surgiendo interesantes iniciativas de sacerdotes que evangelizan con creatividad a través de plataformas digitales. Algunos han comenzado a transmitir misas o reflexiones por YouTube, Facebook u otros medios, logrando conectar con gran cantidad de fieles, especialmente jóvenes. Son signos alentadores de que existe un público ávido de contenidos espirituales si se lo contacta en los espacios virtuales que frecuenta. Allí está el desafío evangelizador que tenemos por delante para quienes buscamos llevar la Buena Noticia a las nuevas autopistas digitales
Existe un terreno fértil, sediento de Dios, donde los medios digitales actúan como canales de encuentro. Ahí estará el desafío mayor para quienes abracen la comunicación digital con creatividad evangelizadora. El Concilio Vaticano II ya nos recordaba que los nuevos inventos técnicos son dones de Dios: “de su prudente uso dependen en gran parte el bienestar del género humano en el futuro”.
En síntesis, una Iglesia en salida misionera no puede quedar atada a esquemas del pasado. Como nos convoca Francisco, está llamada a ser levadura en todas las realidades temporales para llevar la Buena Noticia al corazón de la cultura. Y hoy eso solo es posible tendiendo puentes comunicativos en ese continente digital en el que se despliega gran parte de la existencia humana. ¡Un desafío apasionante para nuevos apóstoles!
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