Monseñor Jordi Bertomeu Farnós nos dice:La clave para luchar contra los abusos es la prevención
Con un mensaje muy claro acerca de la cultura de la prevención que ha de consolidarse a todo nivel en la Iglesia para luchar contra los abusos a menores, se despidió de nuestro país Monseñor Jordi Bertomeu Farnós, oficial de la sección disciplinar del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, quien visitó Costa Rica para ofrecer una serie de encuentros y charlas formativas con distintos grupos y autoridades eclesiales.
Fue así, como el alto funcionario vaticano se encontró a lo largo de toda una semana con la Conferencia Episcopal, con los seminaristas y sus formadores, con los miembros del Tribunal Eclesiástico, con los vicarios diocesanos y los directores de medios de comunicación católicos. También participó en un encuentro abierto a los fieles y sacerdotes en la sede central de la Universidad Católica de Costa Rica en Moravia.
Durante su encuentro con los comunicadores católicos, Monseñor fue enfático en que la lucha contra este flagelo tiene un componente sinodal, porque involucra a todos en la Iglesia, no solo a los obispos y a los sacerdotes, sino a todo el pueblo de Dios.
“Vivimos un tiempo nuevo en el que las respuestas al tema de los abusos pasan por esta sinodalidad, la respuesta no vendrá dada, nos hemos de poner en camino y dejarnos interpelar por el Espíritu”, dijo.
Entre las preguntas que debemos hacernos, a su juicio, están: ¿Qué ha pasado en la Iglesia para que ocurran estas cosas? ¿Cómo dar respuesta a esto? ¿Cómo tener una Iglesia que sea un espacio sano y seguro para todos? Para lograrlo, agregó, es necesario desarrollar una actitud de apertura y escucha a las víctimas.
En este sentido, dijo, la comunicación juega un papel determinante, pues la lucha contra los abusos exige una aproximación multidisciplinar. Dicha comunicación debe de estar fundamentada en la verdad, ser profesional, empática, inteligente y proactiva, es decir, que se anticipa. En síntesis, una comunicación capaz de transmitir lo que la Iglesia es.
En vista de los errores cometidos en el pasado, según Monseñor Bertomeu, se impone el deber de aprender y de hacer de las crisis momentos de cambio y de crecimiento.
“La clave es la prevención, no es suficiente con aprobar protocolos a nivel nacional y tenerlos en la estantería, todos deben de conocer estos protocolos”, dijo.
“Los protocolos se tienen que trabajar en todos los niveles eclesiales. Todos los fieles tienen que conocer, tienen que saber que la Iglesia se ha dotado de unos medios para que los crímenes de los abusos no se repitan nunca más, en lo posible”. “Y si llegara a ocurrir, saber que la Iglesia tiene medios para reaccionar”, agregó.
Monseñor recordó que la Iglesia debe de mantener la máxima colaboración con las autoridades judiciales y policiales del país, pues todo abuso es una merma de los derechos de la persona. Y para esto el país tiene una estructura judicial y una estructura policial para asegurar los derechos y deberes de todos los ciudadanos.
En cuanto a la formación sacerdotal, la autoridad vaticana aseguró que la Iglesia necesita tutelar el sacramento del orden para ofrecer buenos sacerdotes, es decir, hombres buenos, de los cuales la gente se fía y a los cuales abre su conciencia. “Por eso lo delicado de la situación de un clérigo, porque se presenta como hombre de Dios habilitado por la Iglesia para actuar como mediador de la gracia de Dios”, dijo.
Sobre una supuesta contradicción entre la pastoral y el derecho, es decir, la misericordia de la disciplina, Monseñor Bertomeu dijo que por el contrario, cuando la Iglesia reduce al estado clerical a un presbítero, lo que busca es darle una oportunidad para su conversión.
“La Iglesia es madre, para todos, es madre de aquella víctima que ha sufrido un abuso terrible porque le ha destrozado la vida, pero también es madre de aquel sacerdote que se equivocó y que en lugar de presentarse como servidor de la gente, se ha servido de los fieles”.
Monseñor concluyó recordando que se debe de seguir haciendo pastoral con niños y con jóvenes, pero cambiando las formas, y asumiendo el respeto como norma en todas las relaciones.
“En el fondo el problema de los abusos es un problema de poder, debemos de asumir el poder que muestra Jesús en la Cruz, un poder que es puro servicio, entrega al punto de dar la vida por el otro”, concluyó.
Fuente:https:ecocatolico.org
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