agosto 5, 2023 in San Ignacio de Loyola

Descubriendo a Dios en todas las cosas: una perspectiva ignaciana

“Les invito a reflexionar sobre un tema particularmente querido por la Compañía de Jesús: ‘Descubriendo a Dios en todas las cosas: una perspectiva ignaciana’. En nuestra tradición jesuita, creemos en la presencia omnipresente de Dios, quien se manifiesta en los eventos cotidianos de nuestras vidas, en las personas que nos rodean y en la belleza de la naturaleza. Como jesuitas, somos invitados a mantener nuestros corazones y mentes abiertos, para descubrir a Dios en cada rincón del mundo y en cada momento de nuestras vidas. Este enfoque de encontrar a Dios en todas las cosas es uno de los pilares de la espiritualidad ignaciana y una invitación constante a profundizar en nuestra relación con Dios y con los demás. Que durante este Mes Ignaciano, podamos redescubrir y apreciar la presencia de Dios en todas las cosas y todas las personas que nos rodean.”

La espiritualidad ignaciana, fundada por San Ignacio de Loyola, nos invita a una reflexión constante y un discernimiento en nuestra cotidianidad. Ignacio, en su sabiduría, nos enseñó a buscar y encontrar a Dios en todos los aspectos de nuestra vida diaria.

Este discernimiento no se limita a los espacios de oración o a los momentos de reflexión silenciosa. La invitación es a descubrir la presencia divina en cada encuentro, en cada decisión y en cada momento, sin importar cuán mundano pueda parecer.

En el mundo contemporáneo, a menudo acelerado y lleno de desafíos, la práctica de la “contemplación en la acción”, un componente central de la espiritualidad ignaciana, se vuelve cada vez más relevante. Enfrentamos situaciones complejas, desde conflictos sociales hasta dilemas éticos y crisis ambientales. En medio de estas circunstancias, la perspectiva ignaciana nos proporciona una brújula interna que nos orienta hacia la acción justa y compasiva.

Ignacio de Loyola nos alienta a reconocer la presencia de lo divino en todas las esferas de nuestra vida, tanto en nuestro trabajo diario como en nuestro compromiso con la comunidad y en nuestra lucha por la justicia social. Esta concepción de la fe va más allá del ámbito personal y se convierte en un motor para la transformación de nuestra sociedad.

Durante el Mes Ignaciano, les invitamos a explorar y profundizar en esta mirada ignaciana de la realidad. Busquemos a Dios en todas las cosas, valorando cada experiencia y cada encuentro como una oportunidad para un diálogo más profundo con lo divino y con nuestro propio ser.

Esta mirada nos anima a vivir con una actitud abierta y receptiva, en constante diálogo con Dios, y a la vez comprometidos con el mundo y sus habitantes. Así, la espiritualidad ignaciana se convierte en una fuente de fortaleza, esperanza y plenitud, un camino para descubrir la presencia de Dios en cada aspecto de nuestra existencia.




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