junio 4, 2023 in Actualidad

El Papa nos dice: “Con la paz siempre se gana, con la guerra se pierde todo”

El Papa Francisco participó en el programa de la Rai “A Sua Immagine”, grabado el 27 de mayo. Entre testimonios, clips de historias y enlaces de vídeo, el Pontífice reflexionó sobre los problemas del mundo o la vida personal de cada uno. “Hay un placer en la tortura”, dice, pensando en imágenes de guerra o incluso en episodios de acoso escolar. Sobre las apariciones marianas, advierte: “No siempre son verdad”. Mensaje a los padres: “Eduquen a los hijos en la gratuidad, pero siempre con límites”.

Salvatore Cernuzio – Ciudad del Vaticano

“Es una historia tan antigua como la humanidad: con la paz siempre se gana, quizá poco, pero se gana, con la guerra se pierde todo. Todo. Y las supuestas ganancias son pérdidas”. En los estudios de la televisión italiana RAI de Saxa Rubra, invitado en el programa dominical “A Sua Immagine”, el Papa Francisco reiteró el llamamiento de Pío XII en su mensaje radiofónico a los gobernantes en 1939, cuando, en vísperas de la Segunda Guerra Mundial: “Con la paz no se pierde nada. Todo puede perderse con la guerra”. Francisco hace suya esta advertencia, pensando en el conflicto de Ucrania que hiere a Europa, pero también en todas las guerras y violencias que marcan el mundo. Hay un “placer en la tortura”, señala al respecto: “Lo estamos viendo en la guerra, en las películas de guerra, el placer… Y tantos soldados los que trabajan allí torturando a los soldados ucranianos. He visto las películas. Y esto ocurre a veces con los chicos”.

Primera vez en Saxa Rubra

La guerra es uno de los muchos temas a los que el Papa Francisco dedicó una reflexión durante el programa religioso de Rai Uno, del que siempre ha dicho que es espectador. Una conversación -la primera vez de un Papa en un estudio de televisión- conducida por la presentadora Lorena Bianchetti y acompañada por las intervenciones de don Marco Pozza, capellán de la cárcel Due Palazzi de Padua, sor Agnese Rondi, religiosa del Cottolengo, y otros invitados. La transmisión, un episodio especial de “La fuerza de la vida”, se grabó el pasado sábado 27 de mayo, cuando el Papa Francisco había llegado a la sede de la Rai en Saxa Rubra.

El papel de los medios de comunicación

Entre conexiones externas, clips de historias de vida, testimonios en directo, siguiendo el formato tradicional del programa, el Papa Francisco reveló que nunca ha estado en un estudio de televisión ni ha visto nunca demasiada televisión: “Te contaré un secreto, cuando yo era joven todavía no había televisión”, dice bromeando a Bianchetti. A continuación, se detiene en el papel que debe desempeñar la información en el panorama mundial actual: “Los medios de comunicación deben ayudar a la gente a encontrarse, a entenderse, a hacer amigos y a alejar a los diablillos que arruinan la vida de la gente. Esto es positividad, no es sólo hablar de religión. Se puede hacer sí, hablar de Dios… pero valorar la humanidad, el humanismo’.

El Jubileo, una ocasión para perdonar

En la entrevista hay espacio para los grandes acontecimientos de la Iglesia, como el Jubileo de 2025, una ocasión “para acercar a todos entre sí, a Dios, para disolver los problemas, para perdonar” (“Una de las cosas más bonitas de las personas es el perdón”, dice), o para recuerdos personales, como el de su abuela Rosa, la primera que le enseñó el amor a la Virgen: “Ella me hablaba de San José y de la Virgen, pero siempre con Jesús en el centro”.

Las apariciones marianas

La centralidad de Cristo es importante, subraya el Papa, también para discernir la veracidad de las apariciones marianas. Las apariciones “no se miran ahí, porque eso es un instrumento de la devoción mariana que no siempre es verdadero”, advierte. “Ha habido apariciones verdaderas de la Virgen, pero siempre con el dedo así, hacia Jesús. Nunca la Virgen ha atraído hacia sí. Cuando la devoción mariana se centra demasiado en sí misma, no es buena. Tanto en la devoción como en las personas que la realizan”.

La gratuidad de Dios

Entre los diversos vídeos emitidos durante la transmisión, destaca el de Fausto Desalu, de 29 años, campeón olímpico de relevos con Italia, que cuenta su historia de renacimiento. El joven entra en el estudio y pregunta al Papa: “¿Está usted bien?”. “Sigo vivo”, responde él, con su broma habitual. La historia personal del joven da pie al Papa para hablar de la gratuidad: “El Señor ha sido tan bueno con nosotros que nos ha acostumbrado a tener un sentido de la gratuidad. Y lo queremos todo gratis. La gratuidad es una cosa muy grande de Dios, pero tenemos que dar de lo nuestro…. Nadie puede dar libremente si no experimenta esa gratuidad”.

El “complejo del pavo real”

Frente a esta actitud de gratuidad, está el ‘complejo de pavo real’: “No sé si esta categoría existe en psicología, pero yo la llamo ‘complejo de pavo real’, el que no actúa como un pavo real se siente pequeño. Y ahí está ese hombre, esa mujer que va a trabajar, capaz de comprarse una casa, de formar una familia. ¡Nadie es un pavo real con ellos! Pero los que son un poco superficiales caen en la tentación del pavo real, intentan aparentar, fingir…” “Ese no es el camino”, afirma el Papa, “la vida es para vivirla, no para maquillarla”.

El abrazo a los padres de la pequeña Angélica, fallecida en el hospital Gemelli

Del Papa también una reflexión sobre el sufrimiento. Al Señor, dice citando el Génesis, “no le gusta que suframos, sino la armonía de rehacernos… Con esto el Señor nos ha puesto como protagonistas del progreso del destino. Si tienes la oportunidad de tenerlo todo, pierdes la gracia de ser cocreador, de formar una familia, de tener hijos, de tomar la sabiduría de los viejos, pero eso es trabajo. El trabajo está en el centro de la humanidad”.

Hablando de dolor, durante el programa hicieron una entrada sorpresa Matteo y Serena, los padres de la pequeña Angélica, la niña de 5 años gravemente enferma que murió el día antes de que el Papa recibiera el alta en el Policlínico Gemelli. Francisco se había reunido con ellos frente al hospital y el abrazo del Papa a la madre llorosa había dado la vuelta al mundo. Ante tales historias, el Papa recuerda la importancia de la “ternura” y de “acompañar el dolor”: “También yo fui acompañado en el momento del dolor. Una cosa aprendí, cuando tuve aquella enfermedad a los 21 años, casi hasta la muerte: ante el dolor sólo sirven los gestos, las palabras… No hay palabras para el dolor, sólo gestos, y silencio”.

Educar a la mansedumbre

A continuación, se cuenta al Papa la historia de Diana Ghini, de 19 años, acosada por su forma física y también por su hermana, gravemente discapacitada. “La malicia es una de las posibilidades de la persona”, comenta el Papa. Los chicos que perpetran el bullying “parecen ganadores”, pero “es una victoria falsa, porque es una victoria sobre la agresión, sobre el dolor ajeno. La verdadera victoria es armoniosa, no es agresiva, es mansa. La verdadera palabra es mansedumbre. Hoy no se educa tanto en la mansedumbre, porque nos hace ver que ser manso es ser estúpido”.

También él, Jorge Mario Bergoglio, recibió palabras que le hirieron: “De joven, de niño…”. Reaccionó al principio ‘aguantándose’, luego ‘diciendo, pero esto lo dicen, pero me lo merezco por eso, eso y eso, y tomándolo como una palabra que me hace justicia por dentro’.

Mensaje a padres y profesores

El Papa reitera cuál es “el estilo” de Dios: “cercanía, compasión y ternura”. Esto hay que enseñárselo a los hijos: “No hay salida: o elegimos el camino del amor, de la ternura, o elegimos el camino de la indiferencia”. Pero cuidado, dice a los padres: “Hay que educar hasta el límite. Si hacen crecer sin límites a un chico, a una chica, a un niño, están haciendo el mal. Necesitan la caricia, el amor, pero también el no al amor. No a los caprichos’. Lo mismo ocurre con los maestros: ‘Un maestro nunca seduce, atrae, te hace sentir bien y pone límites. Un maestro que sólo te da caramelos no es bueno. Un maestro es el que te ayuda a caminar, pero te dice el límite y te regaña. Y un padre y una madre que no regañan a un niño, es que algo va mal’.




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