Las personas con discapacidad y la Iglesia no deben tener límites
Manu ha participado tres veces en la Jornada Mundial de la Juventud, dos de ellas como voluntario.Manuel Montalvo.
“A veces uno se pone los límites, la Iglesia tampoco debe tenerlos”, dice Manuel Montalvo, quien tiene una discapacidad cognitiva. Él es servidor en la Catequesis y en la Pastoral de Comunicación y Divulgación de la Parroquia Nuestra Señora de Lourdes, en Montes de Oca. También es un activo participante de Profesionales Católicos y Movimiento Laudato Si´, entre otros.
En el marco de la Semana Nacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad (del 7 al 11 de noviembre), Eco Católico conversó con Manuel, quien se caracteriza por su deseo de servicio y entusiasmo en la Iglesia.
Justamente, el Papa Francisco ha hecho llamados no solo para acoger a las personas con discapacidad en la vida de la Iglesia, sino también para que tengan la posibilidad de participar activamente.
En la Encíclica Fratelli Tutti, el Santo Padre dice: “Muchas personas con discapacidad sienten que existen sin pertenecer y sin participar. Hay todavía mucho que les impide tener una ciudadanía plena. El objetivo no es sólo cuidarlos, sino que participen activamente en la comunidad civil y eclesial.
Manuel es un buen ejemplo de acogida y participación, sin embargo, reconoce que durante su vida en ocasiones no ha sido fácil y que aun hay mucho por hacer. “Si empezamos a decir: “No, usted no puede servir porque tiene una discapacidad” no vamos avanzar , hay niños que les cuesta aprender en la catequesis, tiene que ser más inclusiva”, afirma.
Manu, como le dicen de cariño, guarda en su corazón aquellos días de su infancia en los que el recordado Padre Julio Fonseca (q.D.g), popularmente conocido como el Padre Pipo, celebraba la Eucaristía en la Parroquia de Barrio Luján, dirigida especialmente a los niños.
“Todos los domingos, a las 9:30 a.m., nos sentaba a todos en una banca, era una Misa muy especial y siempre al finalizar íbamos a comer helado con un grupo de amigos de la familia”, relató.
Este servidor mencionó que a partir de 2001 comenzó a asistir a un grupo ecuménico llamado Younglife, donde se sintió bien acogido. Años después, en 2011, emprendió el viaje como peregrino rumbo a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), celebrada en Madrid.
Recordó sobre todo la noche de la vigilia, cuando sobrevino un intenso ventolero, y en medio de todo eso escuchó las palabras del ahora Papa emérito, Benedicto XVI, en las que hacía un llamado a los jóvenes a servir en la Iglesia.
Manuel entonces se propuso que la próxima vez que volviera a una JMJ lo haría como voluntario. Entretanto, comenzó a colaborar en la Catequesis en la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, en San José.
En 2013 asistió como voluntario a la Jornada Mundial de la Juventud, en Río de Janeiro, Brasil. Envió la solicitud y grande fue su alegría cuando supo que había sido aceptado. Parte de sus labores consistieron en dar la bienvenida a peregrinos de diferentes países y apoyar en su traslado. Recuerda que por el temporal las actividades se trasladaron a la playa de Copacabana, por lo que él se ofreció para ayudar con el envío de comidas y otros materiales.
En 2013 inició su servicio en Nuestra Señora de Lourdes, en Montes de Oca, primero en Catequesis de Confirmación y luego, a partir de 2018, en la Catequesis Infantil. Más recientemente, comenzó a colaborar con el equipo de Comunicación, donde se encarga de subir contenido a las redes sociales de la parroquia.
Manuel repitió como voluntario en la Jornada Mundial de la Juventud, celebrada en 2019 en Panamá. Allí atendió a los chicos que participaban en las catequesis. “Yo siento que todas las Jornadas han sido muy bonitas, recuerdo lo de dormir en el suelo para la vigilia y vivir ese momento tan hermoso”, declaró.
Ariana Díaz, coordinadora del Movimiento Laudato Si´Costa Rica (MLS), describió a Manu como una persona comprometida, responsable y con iniciativa. “En las reuniones del equipo coordinador del MLS siempre es como una conciencia que nos recuerda con insistencia aspectos que no debemos dejar de lado: desde las festividades religiosas más importantes, hasta tener un plan B por si acaso llueve en una actividad al aire libre”, agregó.
Como parte del Movimiento Laudato Si´, Manuel ha colaborado en la organización de actividades, ha sido voluntario en Tres Ríos Peregrina Verde, participó en un encuentro con personas migrantes en conjunto con la Pastoral Social de Cartago, en el taller de niños Laudato Si´en Moravia y en el Cuentacuentos Laudato Si´en Santa Ana, entre otras.
Manu tiene 39 años, vive en Curridabat y trabaja en una empresa familiar, donde se encarga de verificar el sistema de pagos. Señala que tras la pandemia hay que renovar los grupos y animar a toda la gente a participar.
Fuente: Eco Catolico
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