La vejez es una promesa, querer la eterna juventud es delirante
El Papa Francisco reanudó esta mañana su ciclo de catequesis dedicado a la vejez, tras haber ofrecido la semana pasada sus reflexiones sobre el viaje apostólico a Canadá. En esta ocasión se refirió ese tiempo en el que se vive con más madurez el acercarse al encuentro con Dios. Nuestro lugar estable – explicó – no está en la tierra, sino junto al Señor y en la vida somos aprendices. Detener el tiempo es imposible
Vatican News
Tras la pausa de julio y las reflexiones, de la semana pasada, dedicadas a su viaje apostólico a Canadá, el Pontífice – en el Aula Pablo VI repleta de fieles – desarrolló su decimosexta catequesis sobre la tercera edad como “un tiempo proyectado hacia la plenitud”, que es un pasaje a través de la fragilidad de la fe y del testimonio y “a través de los desafíos de la fraternidad”.
La fortaleza que radica en las promesas del Señor
Hablando en nuestro idioma el Santo Padre dijo a los queridos hermanos y hermanas presentes:
Después de la Ascensión del Maestro a los cielos, los discípulos experimentan, por un lado, la fragilidad del testimonio y los desafíos de la fraternidad, y por otro, la fortaleza que radica en las promesas y bendiciones del Señor.
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