A pocos días de las Elecciones Nacionales, que tendrán lugar el 6 de febrero, los Obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, realizaron un llamado a la reflexión, en el momento “tan determinante” que atraviesa el país. En aras de fortalecer la democracia llaman a los ciudadanos a asumir la responsabilidad del voto.

Al respecto, recuerda la Conferencia Episcopal de Costa Rica lo que señala el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, n. 190: “La participación en la vida comunitaria no es solamente una de las mayores aspiraciones del ciudadano, llamado a ejercitar libre y responsablemente el propio papel cívico con y para los demás, sino también uno de los pilares de todos los ordenamientos democráticos”.

En medio del proceso electoral y de las diferentes propuestas que se presentan es importante, según los prelados, que todos entiendan y busquen el bien de la nación “más allá de las luchas partidarias que deben fomentar esa participación democrática”. Al final – afirman los Obispos – los gobernantes electos representarán los intereses de todo un país.

A todos los actores de la democracia realizan un llamado de conciencia “para no dividir el país ni causar heridas profundas en la búsqueda de fines electorales”, a la vez que llaman “al respeto de las diferentes ideas y visiones que presentan las agrupaciones políticas, pues el electorado definirá, por mayoría, – se lee en el comunicado del episcopado – la que se escoja para presidencia y vicepresidencias, y la conformación de la Asamblea Legislativa”.

Importante para Conferencia Episcopal costarricense es que los medios de comunicación “mantengan su rol de informar y formar, de no manipular información ni de favorecer fórmulas políticas presentándolas como noticia”. “Es fundamental, para nuestra democracia, – añaden – que los ciudadanos reciban información imparcial y con oportunidad de conocer de la mejor y mayor forma posible a quienes piden el voto”.

“Llegue nuestra voz para que, entre todos, electores y elegidos, construyamos pensando en el bien común, la paz social y justicia que debe caracterizar a Costa Rica”, concluyen los obispos, con la confianza puesta en el Dios de la vida para que cuide y proteja a la nación.